17 de marzo de 2008

La amenaza de lo diferente


En estos días me ha sorprendido la noticia de la violencia hacia los Emos en algunas ciudades de México. No deja de sorprenderme ver que los jóvenes, fiel reflejo de los adultos, tienen una rabia y una intolerancia capaces de organizar turbas para linchar a quien no consideran de su agrado.

No puedo negar que me parece superficial el pretender expresar una emoción, sentimiento, o rebeldía con un fleco sobre la cara y algo de maquillaje. Sin embargo, cada quien es libre de utilizar expresiones baratas si lo desea.

Esa intolerancia se repite en todas partes solo que de formas más sutiles. Por estos rumbos te puedes encontrar a personas que no toleran un idioma que no es de su agrado, así como personas que viven ancladas al pasado, con el único fin de evitar el presente. La ansiedad que nos causa lo diferente puede ser canalizada de muchas formas, sin embargo, creo que la ira no es justificable, mucho menos cuando va de la mano de la desventaja. Más de mil jóvenes en Querétaro, atacando a unos cuantos chicos por el imperdonable motivo de ser diferente, lo único que demuestra es el poco valor personal.

Y para tomar las cosas con un poco más de humor, les comparto un simpático post de http://humoradas.blogspot.com/ "Un espacio de Enrique Gallud Jardiel. El humor como patria. La risa contra la estupidez. El donaire contra el tópico. La literatura para el placer. El ataque a los majaderos. La sátira del mundo."

PROPUESTAS PARA UNA REFORMA URGENTE DEL ALFABETO (PORQUE LA COSA NO PUEDE SEGUIR ASÍ NI UN DÍA MÁS)

Parece ser que nuestro alfabeto no está bien como está y que se impone una reestructuración de sus bases.

Se han recibido últimamente en la Academia de la Lengua sugerencias curiosas para su modificación.

Hay una propuesta de paridad, incitada por el PSOE, que menciona la injusticia de que haya más vocales que consonantes en la mayoría de las palabras castellanas.

Proponen meter vocales a la fuerza para igualar el número. ¿Cómo se haría? Pues insertando la vocal que menos moleste entre las consonantes.

Por ejemplo, si tenemos la palabra ‘traidor’, la convertiríamos en ‘t(a)raidor’. ‘Plato’ se transformaría en ‘palato’, ‘cretino’, en ‘ceretino’ y ‘cónsul’ en ‘cónsulo’ o ‘cónsula’. Esto funciona a la inversa también, aunque en menos casos, y, de haber más vocales, las eliminaríamos. ‘Siete’ será ‘sete’, ‘ruido’ será ‘rido’ y ‘amapola’ será ‘hamapola’.

Otro bloque, el PP, propone otra cosa. Asegura que en el alfabeto hay letras infiltradas, letras extranjeras que les están quitando el sitio a letras españolas de toda la vida.

Eso no se puede tolerar, dicen. En nuestra lengua no caben todas las letras y se proponen expulsarlas, no importa desde hace cuanto tiempo que estén en ella. Según estos señores, la K y la W son signos ilegales que se colaron de rondón y a los que se regularizó. Su intención es acabar con ellas antes de que mancillen nuestras esencias patrias.

Las substituiremos por decreto por nuestras más castizas letras y ¡a otra cosa! Hablaremos de los filósofos Cant y Quierquegaard, de los estados de Vinscosin, Vashington y Quentuquy, del poeta Valt Vithman, del escándalo Vatergate y de la famosa canción de Louis Armstrong «It’s a vonderful volrd».

Para poder seguir estando orgullosos de ser españoles no hay más camino que acabar con todo lo foráneo.





Imagen de: ofunil.blogs.sapo.pt/arquivo/873835.html

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