27 de enero de 2013

Un año más sin ti

Otra vez el tiempo se me pasó y no pude plasmar lo que comencé a decirte desde el día 17. El tiempo es solo una ilusión de nuestra mente y mi mente ha estado dando vueltas a tantas cosas. Por eso te escribo hasta ahora. Uno más de nuestros sueños está por cumplirse: nuestro proceso de inmigración está casi completo.

Este año que terminó trajo momentos difíciles pero también grandes cambios: terminé mi maestría, senté las bases para una pequeña empresa de aromaterapia, cerré un capítulo en mi vida laboral y estoy empezando otro nuevo. Y este cambio ha sido más difícil de lo que esperaba. Recuerdo que siempre decías: "Haz primero lo que tienes que hacer, para que tengas los medios para hacer lo que te gusta." Bueno, aún no tengo todos los medios y aún no sé que es lo que más me gusta, pero ya me estoy acercando.

Sé que la magia ocurre cuando salimos de nuestra zona de comfort (o de seguridad). Aventurarme no es la parte difícil, sino seguir avanzando sin buscar costas cercanas. Algo difícil de hacer es encontrar la intersección entre lo que me apasiona, lo que sé hacer, lo que es económicamente redituable y que el mundo necesita.

En estos días tengo muy claro que el mundo necesita cada vez más gente feliz, gente que ayude a otros, gente que haga de este mundo algo mejor. Por ese motivo me inscribí a un curso de liderazgo evolutivo para lograr la sustentabilidad. Me gusta ayudar a la gente a crecer, a desarrollarse y me gusta ayudar a las empresas a cambiar, a volverse colaborativas y a fomentar el talento individual y volverlo colectivo.  Estoy pensando en cuál es la mejor manera de ayudar a individuos y organizaciones a mejorar.

Sigo escribiendo mis cuentos, no he podido avanzar mucho a pesar de que ahora tengo más tiempo libre; debe ser el efecto de mi mente un poco saturada. Mi mente sigue confundida con tantas cosas en mi cabeza, tratando de tejer algo armónico con los múltiples hilos que me tocaron y he adquirido.  Estoy empezando a escuchar mi llamado y no puedo dejar de oírlo. Creo que finalmente estoy aclarando a dónde voy, menos mal que me tomó solo 38 años. Creo que finalmente entendí que formo parte de una voluntad más grande que busca hacer de esta Tierra algo mejor para todos los seres (vivos o no) que la habitan.

Mi colega Kathia habla de dejar de vivir de forma fragmentada, de dejar de ser alguien de 9 a 5 y después buscar la satisfacción. Creo que este es el deseo que tengo y que quiero llevar a cabo, pero aún no estoy segura del cómo combinar mi deseo y mi responsabilidad.

En estos días, tus consejos me hacen mucha falta, pero sé que tu amor sigue presente. Tu presencia sigue siendo tan cálida como hace tantos años y tu voz sigue sonando en mis oídos. ¡Qué increíble es saber que las personas que amamos nunca se van de nuestro lado!


Feliz cumpleaños, Abuelito.