2 de febrero de 2010
Nuevas - de Juan Enriquez
Nuevas...
Juan Enríquez Cabot
21 Dic. 09
Deja a un lado unos minutos la discusión política. Ignora todo lo que sientes y lo que te molesta o agobia de Medio Oriente. Deja a un lado la religión y sus fundamentalistas hijastros. Y ponle atención a un solo hecho; un país, chiquito y solito, invierte 2.5 veces más capital de riesgo, por persona, en nuevas empresas que EU... (Y 30 veces más que Europa, 80 veces más que India y 350 veces más que China).
Y esto no sólo es en términos relativos. Un país de 7 millones de habitantes se ha vuelto motor de la economía mundial. Suma toditas las empresas que cotizan en el mercado Nasdaq, o sea las empresas nuevas de alta tecnología, que surgieron de Europa, Corea, Japón, India y China. Todas juntas no suman las compañías lanzadas en Nasdaq por los israelitas.
Entender este fenómeno es especialmente importante porque en EU y Europa son precisamente las nuevas empresas las que han generado casi todos los empleos nuevos netos. Y dado que EU enfrenta por lo menos 10 por ciento de desempleo, y Europa más del 20 por ciento, el generar, o no, nuevos negocios, de alta tecnología, capaz que es la diferencia entre mantener la paz y orden social a la larga... o no.
El impacto de los nuevos negocios no sólo se da en el mundo de los desarrollados. Por ejemplo, el Banco Mundial estima que cada vez que aumenta el número de celulares en una población en 10 por ciento sube el PIB 0.8 por ciento. O sea liberar los precios y negocios en telecomunicaciones pudiera haber duplicado el PIB real al que creció México durante la última década.
Esta extraordinaria capacidad para generar nuevos negocios se basa en varios factores detallados en el nuevo libro de Daniel Senor y Saúl Singer, "Start-Up Nation". Para empezar, Israel está poblado de jóvenes de todo el mundo. Vienen de más de 70 países. Dos de tres no nacieron en Israel. Tienen los pantalones e iniciativa para dejar todo atrás. No temen ser minoría. Y no le tienen mucho miedo a contrincantes bastante más grandes. Por eso el hijo de un iraquí lanzó, exitosamente, la compañía de coches eléctricos Better Place. Y un inmigrante iraní lanzó el tercer mayor negocio de internet social en China, Koolanoo. Y un ex ucraniano le vendió su compañía de música a Yahoo en varios millones.
Luego está lo del entrenamiento. Un 45 por ciento de los jóvenes se gradúan de la universidad, la mayor parte con educación técnica-científica. Y, quizás igual de importante, todos pasan por una intensísima etapa militar antes de entrar a la universidad. Para las mujeres son dos años, para los hombres tres. Esto significa que la gran parte de los estudiantes entran mucho más maduros y preparados al estudio superior. Y entran después de intensísima preparación y experiencias. Saben que hay decisiones de vida y muerte. No quieren perder el tiempo.
Otro megafactor es que para tener el mayor éxito en la milicia, y para evitar el sol y el frente de batalla, ayuda mucho ser un geniecito técnico. Son precisamente los jóvenes más aptos para la criptografía, inteligencia, robótica, matemática, química y otras disciplinas científicas quienes entran a los batallones elite. Y salen bastante más preparados. Para de ahí comenzar su liderazgo, primero en la universidad y luego en nuevas empresas.
Irónicamente lo que enseña la disciplina militar es a tener poca disciplina. El Ejército israelí enfatiza poco oficial y mucha iniciativa. Se cuestiona todo. Como resultado la población entera sale con enorme, algunos dirían desmedida, confianza en sí mismos. El profesor Leo Rosten define esto con la palabra "chutzpah", una mezcla, según el diccionario, de descaro y frescura. O, para ser mas explícitos y parafraseando a Rosten, arrogancia, blanquillos, presunción, nervio y capacidad para lanzarse. Nadie dice "sí patroncito, sí jefecito, sí mi líder".
Es una cultura que surge de una población pequeña, acostumbrada a ser atacada, sin recursos naturales. Esto obliga a la innovación, a la globalización. Se enfatiza que te pueden quitar todo, pero mientras estés vivo no te pueden quitar los conocimientos que lleves entre tus orejas. Y finalmente, según Shimon Peres, ésta es una cultura, una población, nunca satisfecha. Siempre buscan más. Ganaste un Nobel, muy bien mi hijito, ¿qué sigue?
Obviamente no es fácil tener ni vecinos ni socios como éstos. Ni es fácil institucionalizar y crecer algo que requiera cooperación y claro liderazgo por largos periodos. Quizás por eso existen tantas pequeñas compañías exitosas mas no un Nokia (Goldberg/ Atlantic). Y luego queda aquel medio complejo entorno político... Pero sería un enorme error para México apostar en contra de Israel. Al contrario, habría que aprender a ser bastante menos respetuosos de las jerarquías. Exigir mucho más de los estudiantes. Eliminar anquilosados monopolios. Atraer más inmigrantes. Impulsar más al pequeño y requete necio emprendedor...
Prioridades - de Juan Enriquez
Aquí les dejo unas editoriales que publicó en El Norte.
Prioridades...
Juan Enríquez Cabot
18 Sep. 09
No hay muchas fotos donde aparecen juntos, sonriendo, los presidentes Ford, Carter y Nixon. Normalmente sólo se juntaban muy de vez en cuando, en uno que otro funeral. Pero el 28 de febrero de 1983 aparecieron, con esposas, en el mejor de los humores. La sonrisa de Nixon inclusive competía con la de Carter...
Quizás la única persona que pudiera haberlos convocado fue el almirante Rickover, quien fundó la marina nuclear de EU. Pero más allá de construir el submarino Nautilus y sus atómicos sucesores, Rickover había identificado otra prioridad que consideraba parte esencial de la seguridad nacional, la educación en ciencia y tecnología.
Y por eso Rickover dedicó el resto de su vida a identificar y promover a las mejores mentes de su país. Intentó institucionalizar su visión lanzando una fundación para promover la excelencia en la educación. Fundación que ha presidido, durante los últimos 25 años, Joann DiGennaro. Entre sus actividades, esta fundación identifica a los 75 estudiantes de preparatoria más talentosos del mundo en ciencia y matemáticas y les consigue becas para que puedan pasarse un verano en el MIT.
En 2009 alumnos de preparatoria ganaron varios premios con sus investigaciones de verano. Éstas incluyeron: "Modelo continuo a nivel atómico de las propiedades mecánicas de la micro fibra M13 bacteriofagica", "Cómo maximizar las densidades de esferas acomodadas al azar en altas dimensiones", "La programación de profundidad; nuevas maneras de manipular las imágenes gráficas", "La N-Glycosylation de E-Cadherin controla la adhesión intracelular en células A253" (Igualito a los angelitos que exigen eliminar los exámenes de admisión a la UNAM).
Inicialmente sólo entraban al programa los de los United. Pero Joann gradualmente amplió el programa para incluir a gente de Bulgaria (extraordinarios matemáticos), India y China. Los graduados de este programa empezaron a destacar y destacar. Ganaban bio-olimpiadas, acababan siendo líderes de las mejores universidades, se perfilaban para Nobels.
Este fin de semana se celebraron los 25 años del programa, regresaron cientos de ex alumnos. Dieron pláticas cuatro Nobels (quienes fueron tratados por los jóvenes como estrellas de Rock). Se apersonaron presidentes de universidades de todo el mundo, empresarios y políticos. Habló el geniecito que ha ganado tres Oscar (y que ha sido nominado para otros seis) por sus efectos especiales. Nos mostró cómo se manejaban los robots de Star Wars, los fantasmas de Ghost, el desenvejecimiento de Brad Pitt en Benjamin Button.
Veía yo ir y venir a gente de todo color, vestido y actitud. John Mather, de la NASA, explicó cómo descubrió la primera luz que se dio en el universo, hará 13.7 mil millones de años. Platicaba con graduados más recientes, incluyendo simpática chinita que salió del programa hará 10 años, estudió matemática aplicada y se volvió una de las principales inversionistas de Wall Street.
El presidente de la academia búlgara de ciencias dio emotiva plática donde describía los extraordinarios esfuerzos de más de 900 alumnos cada año por acceder a una o dos becas. Y contaba que los que ganan casi nunca vuelven, porque se vuelven demasiado valiosos para tantas y tantas universidades o compañías. Pero, concluía, no importa porque más de 900 compitieron, se prepararon y casi todos ésos se quedaron. Y ellos precisamente son quienes están construyendo la economía y el futuro del país. Contaba que Bulgaria sigue siendo competitiva a nivel olímpico en levantamiento de pesas. Pero ahora también es país más y más competitivo en la economía del conocimiento.
Desde la India llegó hermosa viejita en silla de ruedas, la doctora Y.G. Parthasarathy, conocida a través de la India como una de las madres de la transformación de la educación de su país. (Todos la conocen como la Dra. YGP). Aparte de haber identificado a varios becarios YGP, ella ha transformado la tradicional disciplina tecnológica combinándola con ciencias sociales, matemáticas aplicadas y creatividad. Esto le ayudará a su país seguir creciendo a más del 10 por ciento anual a la vez que se va volviendo una potencia en modas, patentes y entretenimiento. Pero su aspiración es mayor. Nos decía que ya son muchos años sin que un conciudadano gane un Nobel...
A lo largo de los últimos 25 años, otros países se han ido dando color. Cada año intentan ganar una beca o dos. Mandan a competir a sus mejores. Hasta ahora han podido entrar lo mejor de lo mejor de 48 países, incluyendo todos los usuales y muchos otros, Albania, Botsuana, Egipto, Montenegro, Paquistán, Qatar, Ruanda, Vietnam... Cada becado un geniecito o geniecita. Un Nobel en potencia. Más nadie. Ni uno. En 25 años. De México. Por eso aunque di plática plenaria, y hablé con cientos de personas, no pude saludar a un solo pobre y solitario paisano (aparte de un simpático mesero). Acabé algo triste, diciéndome a mí mismo... ¿por qué no será prioridad este tipo de cosa para nosotros?
18 de septiembre de 2008
El impacto de una pequeña acción

Estas monjas nos exigían libretas forradas, con los márgenes marcados en color, así como los libros reglamentarios de la SEP más los que ellas y los maestros consideraran adecuados. Libros, libretas y demás útiles tenían que cargarse de acuerdo al horario y pobre de ti que olvidaras algo en casa. Que tus padres lo llevaran a la escuela no era una opción. Que no llevaras el uniforme tampoco lo era (después de dos ocasiones eras devuelta a casa sin misericordia), lo que hacía que alguien tuviera que ir por ti. Que faltaras por que tenías dolor de cabeza o de estómago era señal de debilidad e indisciplina. Obviamente para faltar a un examen tenías que llevar un justificante médico que decía que estabas imposibilitada para asistir o bien que tu enfermedad era contagiosa.
Cada boleta de calificación mensual tenía que ser firmada por tus padres, quienes por lo menos una vez al año se reunirían con tu maestra para ver el avance que llevabas en las clases. Las clases de ciencia convivían con las de religión. Las evaluaciones eran frías y directas. El nivel de exigencia era alto y el de disciplina más.
Nada fuera de lo común, supongo, por lo menos comparado con otras escuelas (a veces privadas, a veces públicas) de la época. En ese entonces apenas comenzaban las pláticas para los padres respecto a cómo educar a los hijos, cómo formarles disciplina, carácter y tantas cosas más que ahora son tan remotas. Sin embargo, nuestros padres hablaban de una disciplina más férrea que la nuestra, de una educación más completa, de unos maestros más inaccesibles.
Quiero pensar que cuando los niños de ahora crezcan, tendrán que visitar menos al psicólogo que los de mi generación, sin embargo, comienzo a preguntarme si la violencia que estamos viviendo no tiene qué ver con esta educación que empezó a ser más laxa con el paso de los años.
Cuándo estaba en la universidad me tocó ver un caso en que la madre de uno de los compañeros fué a quejarse con el maestro de las calificaciones que ponía a su hijo. A mí, que me inscribí por mi cuenta en la preparatoria y en la universidad, y que mi madre pisó mi escuela solamente para asistir a mi graduación, me parecía inconcebible cuando menos, además de vergonzoso, que la mamá de alguien fuera a exigir que se cambiara una calificación.
Sin embargo, gracias a mis amigos maestros, cada vez sé de más casos en los que los padres asisten a la escuela para quejarse del maestro. Mi mamá nunca supo de cuando nos pusimos en huelga para que cambiaran a un maestro (cuando yo estaba en secundaria) o cuando fuimos a hacer un plantón afuera de la coordinación para que quitaran a otro, cuando estaba en la coordinación. Y estoy segura que si lo hubiera sabido habría dicho (y probablemente con justa razón):
a) que quienes necesitaban cambiar su manera de ser y de pensar éramos los alumnos.
b) que la vida no es justa y tienes que acostumbrarte.
c) que teníamos demasiadas libertades y por eso era que exigíamos tonterías.
Hace un par de años la directora de la escuela de mi hija nos contaba, con lágrimas en los ojos, la ocasión en que tuvo que negar la entrada a una bebé con varicela en la guardería, y la madre, molesta, sacó a sus niños de esa escuela y se quejó con otras madres de familia de la insensibilidad de la directora. Hace unos meses, una conocida me contaba de que fue a hablar con la maestra de su hijo porque el niño decía que había un compañerito en la escuela que no lo quería.
Casos como estos, en los que los padres en vez de aliarse con los maestros para la educación y el cuidado de los hijos se ponen en contra, o critican las acciones de los maestros sin conocerlas a detalle están minando cada vez más el crecimiento, desarrollo, educación y formación moral de nuestros niños. De todos.
Muchos maestros prefieren evitarse problemas gratis y se limitan a decir su clase como quien lee las tablas de multiplicar. Muchos padres prefieren dejar la formación de sus hijos enteramente en manos de los maestros y sirvientas. Y el día que, como resultado de una mala acción un extraño les llama la atención a los niños en la calle (este tema es motivo de otro post), se ponen como energúmenos porque te atreves a decirles algo. Perdónenme, señores, pero alguien tiene que educarlos. Si no son los padres, será la vida misma.
Hoy los invito a reflexionar qué estamos haciendo mal como padres, maestros, educadores, entrenadores, o lo que seamos cada quien y qué pequeña acción es, (como dijo una maestra, no de escuela, pero sí de vida), el mínimo paso elegante en la formación de nuestra sociedad.
1 de abril de 2008
Educación
A continuación transcribo un artículo del periodista español Carlos Manuel Sánchez sobre las diferencias entre Finlandia y España a tenor de los resultados del último informe Pisa.
EL SECRETO DE LOS FINLANDESES
24 horas con uno de los jóvenes de 15 años que triunfa en Pisa
¿Por qué lo habitual en Finlandia es que un adolescente normalito termine Secundaria con notas excelentes, hablando un perfecto inglés y leyendo un libro a la semana, y aquí muy pocos consiguan algo remotamente parecido? Hemos viajado al país mejor clasificado por el informe Pisa para averiguarlo.
Les presento a Saili Sipilä. Tiene 15 años. Vive con sus padres y sus dos hermanos en Espoo, una ciudad de 360.000 habitantes a las afueras de Helsinki. He volado 4.000 kilómetros para conocerlo. ¿Por qué? Por dos razones: porque soy periodista y porque tengo un hijo de la misma edad. Como periodista, quiero saber por qué Saili, un adolescente normalito de Finlandia terminará la Secundaria con excelentes notas, hablando inglés a la perfección y leyendo un libro por semana. Lo típico para un finlandés. Como padre, quiero saber si es inevitable que mi hijo, Manuel, un adolescente normalito, acabe sus estudios obligatorios aprobando por los pelos, chapurreando cuatro palabras en inglés y sin el menor interés por la lectura. Lo típico para un español. ¿Hubiera sido diferente si hubiera nacido en Finlandia? ¿Qué comparaciones entre la educación finlandesa y la española puedo hacer como periodista? ¿Qué lecciones puedo aprender como padre?
Repaso en el avión los resultados calentitos del último informe Pisa, un examen trianual que mide las capacidades de los alumnos de 15 años de 57 países en ciencias, matemáticas y lectura. Participaron 375.000 estudiantes. En España, casi 20.000 alumnos de Secundaria de 686 coles e institutos. Veamos las notas. Ciencias: Finlandia, 1ª, 563 puntos. España, 31ª, 488 puntos. Si el aprobado lo marca la media de los países de la OCDE (491 puntos), ya tenemos el primer suspenso. Matemáticas: Finlandia, 2ª, 548 puntos, a sólo uno de China Taipei. España, 31ª, 480, a cuatro de la media de los países desarrollados. Segundo insuficiente. Lectura: Finlandia, 2ª (547), por detrás de Corea del Sur. España, 35ª (461), protagoniza además el peor descenso en comprensión lectora de los países de la OCDE (485) desde el último informe. Nuestros hijos no entienden lo que leen. A la cuarta línea de cualquier texto se pierden. Muy deficiente.
Tres cates en las tres asignaturas básicas. ¿Qué hacemos? ¿Castigamos de cara a la pared a los alumnos, a los padres, a los profesores, a las autoridades, a todos? Alemania cosechó unas calabazas semejantes hace tres años y la conmoción fue tan mayúscula que los políticos se pusieron las pilas y este año sus estudiantes han aprobado con nota. Aquí, el Gobierno culpa a Franco (la precaria educación de los padres dificulta la de los hijos). Además, la fiesta va por barrios, léase por comunidades autónomas. Los riojanos pueden sacar pecho: están en el grupito de cabeza. Los andaluces deberían ir pensando en las recuperaciones: en mates les gana hasta Azerbaiyán.
Taxi hasta Espoo. Son las siete de la mañana y todavía no ha amanecido. Ni lo hará. No veré el sol durante mi estancia en Finlandia. Cielos cubiertos y noche cerrada a las tres de la tarde. En esta época del año es un país en penumbra y con sus 5,3 millones de habitantes obsesionados en encender cirios, velas y lamparitas. Limosnas de luz. Llego a casa de los Sipilä a tiempo para ser invitado al desayuno familiar. No es lo habitual, porque cada uno suele tomar un bocado por su cuenta, pero ayer (6 de diciembre) fue el Día de la Independencia y la ocasión lo merece. Me sorprende que Saili no tenga puente, pues el festivo cae en jueves. Mi hijo enlazó cuatro días de vacaciones gracias al viaducto de la Constitución. En Finlandia, si una escuela hace puente (los centros tienen autonomía para toman estas decisiones), antes obliga a sus alumnos a salir algo más tarde cada día hasta completar las clases que se hubieran perdido.
Me descalzo, dejo los zapatos en el recibidor y converso con los Sipilä en calcetines mientras damos cuenta del café, los panecillos, el zumo de bayas y el queso lapón con mermelada. Seppo, el padre, es teólogo y se gana la vida traduciendo la Biblia. Domina una docena de idiomas, entre ellos arameo, copto y árabe clásico. Leena, la madre, es enfermera y trabaja en un hospital. Mikael, el hermano mayor, tiene 18 años y quiere estudiar Arte Dramático en la universidad, pero reconoce que las posibilidades de pasar el corte a la primera son escasas. Joel, el menor, de 12 años, es discapacitado psíquico y acude a un colegio de educación especial. La vivienda familiar es un dúplex de clase media en el centro urbano de Espoo. Lo de ‘urbano’ hay que matizarlo. Un bosque de abetos limita con la casa. «Nos mudamos aquí hace año y medio. El aire es muy puro». Espoo es la segunda ciudad de Finlandia en habitantes y la de mayor porcentaje de población universitaria en un país donde el 34 por ciento de los adultos tiene estudios superiores. «No hay apenas delincuencia. Nuestros hijos pueden pasear de noche con tranquilidad», explica el padre. Y Saili apostilla en un inglés prístino: «Finlandia es segura. Ni sunamis, ni terremotos… Me gusta vivir aquí». Yo les explico que me crié en la calle. Y eso es algo que se ha perdido en España, por los menos en las grandes ciudades. Que los niños puedan jugar al aire libre sin vigilancia.
Las ocho menos cuarto. Hora de ponerse los zapatos y salir camino de las respectivas ocupaciones. Saili coge el bus urbano (no hay autobuses escolares). El billete lo subvenciona el municipio. Por ley, ningún alumno puede vivir a más de cinco kilómetros de la escuela. Podría ir caminando, un paseo de veinte minutos, pero llovizna aguanieve y no le apetece. Saili tiene moto y bicicleta, como la mayoría de sus compis, pero sólo unos pocos desafían al frío en esta época. En el exterior, las instalaciones de la escuela Saarnilaakson dan una impresión espartana, excepto por el césped de los campos de deporte que la circundan. En la entrada no se ve a decenas de estudiantes apurando el primer pitillo de la mañana, como en los institutos españoles. Ni una colilla ni una hoja ni una pintada. «Aquí no se ensucia ni la nieve», me dice el fotógrafo.
En el interior, la limpieza resalta aún más. No hay garabatos en los pupitres ni en los aseos. Todo parece recién estrenado. Saarnilaakson es una escuela pública, como el 97 por ciento de los centros finlandeses, a diferencia de España, donde el 35 por ciento son privados. Por supuesto, es gratuita. Pero el equipamiento es el de un colegio caro en nuestro país. Las aulas disponen de un televisor con pantalla gigante de plasma, acuario de 200 litros con pececitos de colores, cocina con fregadero, medios audiovisuales, aire acondicionado, muchas plantas. Hay un ordenador por cada dos alumnos. Una docena de máquinas de coser en la clase de costura, aparatos de soldar, herramientas de carpintería, esquíes… Un gimnasio cubierto, un auditorio para las clases de teatro y un comedor con autoservicio. Todo en perfecto estado de revista. Los libros de texto son gratis (¡cómo duelen los 200 euros que tengo que desembolsar cada septiembre!), el material escolar es gratis, la comida es gratis. No parece demasiado apetitosa y los estudiantes reniegan, pero la comen. Al Ayuntamiento le cuesta 65 céntimos cada menú: un plato caliente, leche y fruta.
Tanta generosidad me pone los dientes largos. Y cuando Kari Kajalainen, profesor de matemáticas, me explica que si un niño quiere estudiar, puede llegar a ser médico o juez o ingeniero, lo que se proponga, si se esfuerza, aunque su familia sea pobre, pongo cara de incredulidad. «La educación de cada finlandés le cuesta 200.000 euros al Estado, desde que entra en la guardería hasta que sale de la universidad con su título. Es el dinero mejor empleado de nuestros impuestos. La presidenta del país, Tarja Halonen, se licenció en Derecho y proviene de una humilde familia de clase obrera. «Cuando regaño a mis alumnos, les digo que están malgastando el dinero de los contribuyentes». Y otra profesora, Päivi Ketola, me cuenta que los universitarios sólo han de pagar los libros y la comida (2.50 euros en la cafetería de la facultad). El Estado los ayuda a emanciparse con subvenciones para alquilar una vivienda y una paga. Todo el sistema está montado para que los finlandeses se acostumbren a ser autónomos desde bien pequeñitos y se vayan a vivir por su cuenta a los 18 años.
Pero volvamos con Saili, que ha sonado el timbre (las notas de una balada al piano de Erik Satie) y entra en clase. Cursa 9º grado, el equivalente de 4º de la ESO en España. En la escuela de Saarnilaakson hay 400 alumnos y 40 profesores, médico, asistente social, psicólogo y hasta dentista. Y la ratio es de menos de veinte estudiantes por aula (en Finlandia, por ley, no puede haber más de 24). En la clase de mi hijo hay 34. Los compañeros de Saili son formalitos, por lo menos a primera vista. Y es que en el ideario del colegio, además de en la civilización europea y el multiculturalismo (hay clases de historia del islam o del catolicismo, aunque la población es mayoritariamente luterana), se hace un hincapié obsesivo en los buenos modales. Me asombra el respeto reverencial que le tienen a los profesores. «Sí, nos sentimos respetados y valorados por la sociedad. Ser maestro es una profesión de prestigio a la que solo aspiran los mejores. Y no basta con ser muy bueno en tu materia. Debes destacar también a la hora de saber transmitir tus conocimientos. Pero el respeto de los alumnos te lo ganas día a día. En 20 segundos lo puedes perder», explica Mati Karkkainen, docente de ciencias, en la sala de profesores, muy acogedora: un piano, una bandeja con bombones, cafeteras humeantes. Los maestros tienen un buen sueldo en comparación con los españoles, aunque algunos se quejan. Rocío no, desde luego. Esta madrileña imparte clases de español. «Cobro 1.800 euros por 15 horas semanales. El sistema no incentiva que trabajes más. Prefieren repartir el trabajo para que no haya paro. ¿Cómo? Aumentando mucho los impuestos a los que ganan más. A mí sólo me retienen el 10 por ciento. Pero a un médico que gane 5.000 euros le retienen la mitad. Además, tienes derecho a paro toda la vida. Tendría que pensármelo mucho para volver a España».
Ojo, a los niños finlandeses no les gusta el cole. Saili, que saca sobresalientes sin despeinarse, lo considera «demasiado fácil». Sus compañeros, menos brillantes, reconocen que hay que trabajar demasiado. Y Päivi Junkkari, profesora de inglés, recuerda su adolescencia como una etapa ingrata, de mucho sacrificio. «Los alumnos no vienen al colegio a pasárselo bomba. Es un trabajo. Pero saben que todos tienen las mismas oportunidades. Da igual a la escuela que vayan, en el centro de Helsinki o en un pueblo del Ártico. Todas tienen el mismo nivel». Kari Kajainen asiente. «Nos centramos en que la mayoría de los alumnos sean muy competentes. Que el nivel medio sea alto. No es una educación elitista. Preferimos que todos saquen aprobados y notables; que haya alumnos de matrícula no es una prioridad. Y, sobre todo, cuando vemos que alguno tiene problemas, le asignamos enseguida un profesor de apoyo. Tiene clases extra. Estamos muy pendientes y no dejamos que se retrase.»
Los deberes son sagrados. Y está muy mal visto que alguien copie, incluso por los mismos alumnos. Que alguien saque una chuleta es impensable. «En nuestra cultura son muy importantes dos valores: la honradez y el trabajo», comenta Päivi Junkkari. No es casualidad que Finlandia también encabece las estadísticas de transparencia y menos corrupción pública. Kari Kajainen apunta otra peculiaridad nórdica. No hay repetidores. Le digo que en España el 43 por ciento de los alumnos de Secundaria ha repetido curso alguna vez. Y que mi hijo, que siempre se salva al final, tiene incontables oportunidades para aprobar cada asignatura y, aun así, suelen quedarle un par para septiembre. Kajainen pone cara de asombro. «Aquí sólo tienes una oportunidad para aprobar un examen por la misma razón que la vida sólo se vive una vez. Y hay que aprovecharla. Si no apruebas, te quedas una hora más en clase hasta que demuestres que te lo sabes y si no, estudias en verano, pero la promoción es automática».
¿Dónde aprietan más las tuercas? «Sin duda, en la enseñanza de la lengua materna. Somos los primeros del mundo en ciencias y los segundos en matemáticas, pero el mayor reto de enseñar matemáticas es conseguir que los alumnos comprendan lo que leen, el enunciado de los problemas. Por eso lo fundamental es que lean. Y también es muy importante la enseñanza de lenguas extranjeras. El finés es una lengua minoritaria. Los alumnos también estudian sueco e inglés obligatoriamente. Y alemán, francés o italiano como optativas. Pero tienen una gran ventaja. Las películas y series de televisión extranjeras no están dobladas. Todas se pasan con subtítulos. Los niños se acostumbran desde pequeños a escuchar otros idiomas y, además, adquieren destreza lectora. Hay que leer rápido los subtítulos para no perder el hilo del programa», apunta Tuija Yrjö-Koskinen, profesora de inglés. Envidio la fluidez con la que todos hablan el idioma de Shakespeare en la clase de Sailu. E incluso chapurrean algunas palabras de español porque Los Serrano es la serie de moda.
La jornada de Saili es intensiva, de 8 de la mañana a 3 de la tarde. Pero las clases son muy breves: 45 minutos mal contados. Hay un recreo obligatorio al aire libre (los adolescentes se apretujan en la entrada porque en el patio hace frío) y una pausa de media hora para comer. Todo el horario está salpicado de breves descansos que hacen llevadero el día. Terminan frescos. No se los abruma con una montaña de materias. Las carteras son livianas. Se estimula el razonamiento crítico antes que la memorización. Hay clases distendidas, como baile de salón, teatro, arte digital, peluquería, artes marciales, hockey sobre hielo, esquí de travesía, ¡cocina! (Saili y su hermano Mikael aprendieron a cocinar en el colegio y preparan la cena en casa cuando les toca). También primeros auxilios, carpintería, soldadura o música. Los alumnos tocan el violín, la guitarra eléctrica u otros instrumentos, según sus preferencias. Y, sobre todo, se estimula el pensamiento crítico. Se invita a discutir. El sistema español margina el debate y la expresión oral. El alumno toma apuntes pasivamente, bosteza.
Saili vuelve a casa, juega un rato al hockey y hace los deberes. «Tardo de una a dos horas. Luego cuido de mi hermano Joel o cocino si no hay nadie más en casa. A las siete hemos cenado. Me conecto un rato al Messenger si mi padre no está trabajando en el ordenador. O juego a videojuegos de rol y de estrategia. Luego, me acuesto y me quedo leyendo hasta las once. Mis libros preferidos son las novelas de Julio Verne y todos los de Harry Potter. El último lo voy a leer en inglés».
Finlandia presume del mayor índice de lectura de libros y prensa de Europa. Tres veces por semana la familia toma la sauna en casa. «Lo hacemos juntos. Es el lugar donde se comentan las preocupaciones y los proyectos, donde se planean las vacaciones. Siempre buscando el sol. Hemos ido a Madeira, París y Túnez», explica Leena, su madre. Saili todavía no tiene claro qué quiere ser de mayor. «Químico, veterinario o diseñador de videojuegos.» Le pregunto si es feliz. Y me responde sin pestañear que sí.
Carlos Manuel Sánchez
Vía Blog de Sprocket
Y aquí puedes ver los resultados generales de la evaluación del 2007: http://news.bbc.co.uk/2/hi/uk_news/education/7126388.stm
6 de marzo de 2008
¿Quien tiene la culpa?
Hoy me llegó este escrito y creo que refleja fielmente la realidad en la que vivimos y espero que nos haga reflexionar. Definitivamente, entiendo que los tiempos han cambiado y Monterrey no es la ciudad que era antes, tampoco estoy de acuerdo en la opresión y el maltrato a los niños, pero creo que hay un punto medio entre ambas situaciones y que deberíamos considerar si queremos que nuestra sociedad progrese en la dirección correcta.
Hecho:
Un par de niños se enfrascan en un pleito en el interior de la escuela y se retan a la hora de la salida.
1977:
Afuera de la escuela, se forma un grupo numeroso de espectadores, pero los contendientes se la pasan empujándose uno a otro solo lanzándose retos. Al día siguiente se encuentran jugando juntos otra vez.
2008:
La directora manda hablar a sus padres y les explica la violencia en la que vive la juventud de hoy en día. Recomienda terapia para ambos niños. Les sugiere a los padres que lean un libro, que se llama: 'como controlar la ira de tus hijos', escrito por la Licenciada Josefina Leroux. Se establece una conferencia magistral de valores en la 'escuela para padres'.
Hecho:
Sonaba el timbre de salida en la escuela.
1977:
Salíamos corriendo acalorados a comprar paletas de hielo de sabores que vendía Don Pancho, el señor de la vendimia. Y nos íbamos caminando a casa jugando al trompo o las canicas antes de llegar a comer.
2008:
Las maestras no dejan salir a los niños si sus padres no están afuera con un Gaffete autorizado y firmado por la directora. Don Pancho, fue cateado por la AFI, buscándole si no es narcomenudista. El departamento de 'pisos' de Monterrey, le retiró su carrito de paletas, porque no tiene permiso municipal. Salud Pública le ha prohibido que se establezca a menos de 100 metros alrededor de la escuela.
Hecho:
La maestra está dando clases, y es interrumpido por las burlas de Pepito, 'el payaso del salón'.
1977:
La maestra le zumba dos reglazos en las manos a Pepito y lo jala de la oreja para dejarlo en el rincón por una hora. A la hora de la salida, le dice la maestra a los papás lo que pasó. En casa le dan otra 'calentadita' y lo dejan castigado por una semana. Pepito no vuelve a burlarse de la maestra nunca más.
2008:
La maestra sonriente le dice a Pepito lo inapropiado que es burlarse de la gente, y lo conmina a que no vuelva a suceder. Los papás de Pepito solicitan ver a la Directora, pues la maestra ha traumado a su hijo irreversiblemente, pues le avergonzó por haberle reprendido 'delante' de todos sus compañeros. La maestra va a la Dirección de Educación Pública a que la reasignen.
Hecho:
Llega un niño nuevo a la escuela que viene de Campeche. Pepito le dice delante de todos al recién llegado 'prieto'.
1977:
Pepito es parado enfrente para que pida disculpas al niño, y le encargan al día siguiente tres planas de 'Debo respetar a mis compañeros de clase'. Además de llevar una composición de 100 palabras sobre la vida de Benito Juárez. Es la última vez que Pepito molesta al niño.
2008:
La madre del niño va al Noticiero de Héctor Benavides a quejarse del trato racista que se le dio a su hijo. Al día siguiente Gregorio Martínez hace un programa especial llamado 'El racismo sanguinario en Monterrey'. El domingo hacen una mesa redonda en Cambios en dónde invitan a Socorro Ceceñas para hablar de la política educacional equivocada que tiene el gobierno del estado y la desviación de recursos en la construcción de una escuela en Ciudad Solidaridad.
Al día siguiente renuncia el Secretario de Educación. Adalberto Madero, alcalde de Monterrey, regala una despensa a la familia y le da una beca para una carrera de mecánico programador fiscalista en la Universidad Alfonso Reyes, no sin antes dar un discurso, 'llorando', porque se acuerda como se burlaban sus compañero de la escuela de cómo hablaba.
Hecho:
Es entrega de calificaciones al final de cursos.
1977:
Los niños que obtuvieron primer lugar, salen con un diploma que la maestra y la directora entregan delante de todo el grupo y les dan un chocolate de Sanborns. Ponen su fotografía en el cuadro de honor para que sirva de ejemplo a todo el grupo. El niño que reprobó tendrá que repetir el año completo porque no tuvo buen aprovechamiento.
2008:
La boleta que entregan a los papás tienen calificativos de 'Muy Bien'… 'Vas por buen camino', 'Tu puedes'… o unos cuadros con unas caritas sonrientes o tristes. A todos les dan diplomas, que dicen cosas como 'Para el niño más optimista del salón'. Nunca se sabe quién sacó el primer lugar. Y nadie repite el curso.
Hecho:
Es el primer día de clases luego de largas vacaciones. Un niño se unta pegamento en las manos para quedarse pegado en la cama y no ir a la escuela.
1977:
A punta de manazos, el papá le deja la mitad de la piel en el barandal de la cama y se lo lleva la escuela a empujones, diciéndole lo mal que se ve que sea un 'huevón'. El güerco (el niño) cabezón se tiene que levantar temprano todos los días a partir de ese momento so pena que le repitan la dosis.
2008:
Tiene que ir Protección Civil a despegarle con cuidado de la cama sin lastimarlo. Sale en todos los noticieros a nivel nacional. Es aplaudido por cuanto huevón existe. Suben un vídeo a You Tube que alcanza las 100,000 visitas en unas cuantas horas. El grupo Kappaz de la Sierra le compone un corrido, además de que le invitan a participar en el elenco del Show de los Chicharrines. El güerco termina por no ir a la escuela ese día, ni al siguiente para atender a los medios que le solicitan entrevistas. Un psicólogo recomienda psicoterapia breve y darle paroxetina 10 mg diarios para controlar su trastorno fóbico.
21 de febrero de 2008
Plantando un nuevo mundo
Los constructores pueden demorar años en sus tareas, pero un día terminan aquello que estaban haciendo. Entonces se paran, y quedan limitados por sus propias paredes. La vida pierde el sentido cuando la construcción acaba.
Pero existen los que plantan. Éstos a veces sufren las tempestades, las estaciones, y raramente descansan. Pero, al contrario que un edificio, el jardín jamás para de crecer. Y, al mismo tiempo que exige la atención del jardinero, también permite que, para él, la vida sea una gran aventura.
Los jardineros se reconocerán entre sí, porque saben que en la historia de cada planta está el crecimiento de toda la Tierra." - Paulo Coelho
Talento y educación 1
Actualmente, la mayor parte de la riqueza que se genera mundialmente se produce a partir del conocimiento. La tierra o los medios de producción ya no son los factores determinantes para la riqueza de un pueblo. Hace más de 10 años una nota de El Economista, nos decía que "El valor del capital de inversión en EU en bienes intangibles sobrepasó el valor del capital tangible en los 80." – The Economist (28/09/1996).
Como menciona Juan Enríquez, la diferencia entre lo que produce una persona en el país más rico y el más pobre es (o era, a estas alturas) de 427 a 1. Con la revolución digital y la genética, pronto será de 1,000 a 1.
Hoy ví este post en regioblogs haciendo referencia a una nota en CNN Expansión. Me aterra la posibilidad de que digamos, como es costumbre, "no estamos tan mal". Esta es una de las perdiciones del mexicano. La autocomplacencia nos conduce a la comodidad y a matar el deseo de superarnos. Quién no tiene un amigo que dice en la escuela "sacar más de 8 es presunción".
RegioBlogs via kwout
¿Qué nos está haciendo falta? Creo que ya todos conocemos la respuesta. Invertir en Educación en vez de comprar bolsas Prada. Citando a Enríquez nuevamente -por favor, compren el libro, así me evito la transcripción ; )
"De las quince principales compañías que patentan en Estados Unidos, cuatro eran estadunidenses: IBM, HEWLETT, MICRON, INTEL, GE. Las restantes feuron: CANAON KABISHIKI, HITACHI, MATSUHITA, PHILIPS, SAMSUNG, SONY, FUJITSU, MISTUBISHI, TOSHIBA, NEC.
Japón recibió casi 20 % de todas las patentes otorgadas en 2003.... el socio comercial más grande de Estados Unidos, Canadá obtuvo 2.1%.... el segundo socio comercial de Estados Unidos, México, obtuvo el 0.032% de las patentes estadunidenses en 2003...
....ya que México no puede producir muchos conocimientos nuevos, debe vender su mano de obra a tasas cada vez más bajas, intentdando sobrevivir una frontera cada vez más abierta .....
...Los vecinos de Estados Unidos no crecen ni se beneficina al mismo ritmo que el país... Y en la medidad que los sustituye China, sus perspectivas e intereses pueden cambiar drásticamente alejándose de un modelo económico que los coloca cada vez más atrás...
Porque si quitas las fronteras o las rejas y juntas lobos y gallinas, la única manera en que las gallinas podrán sobrevivir es que sean gallinas muy listas..."
19 de enero de 2008
Did you know?
Aunque esta presentación fue realizada para los maestros en Estados Unidos, seguramente va a ponerte a pensar en lo atrasados que estamos en general en muchas regiones del mundo y en lo que nos seguiremos retrasando con el paso de los años.
Por si les interesa, aquí está el blog del autor: http://thefischbowl.blogspot.com/2006/08/did-you-know.html
“La mejor manera de predecir el futuro es inventarlo.” (The best way to predict the future is to invent it) —Alan Kay—
17 de enero de 2008
Caminata
En la India existe simpática campaña para vender celulares. Aparece en escena calle atascada de gente. Suena celular. Trajeado hombre de negocios checa, pero no es el suyo. Chofer del taxi que lleva al empresario checa el suyo, tampoco. Junto al auto un vendedor de fruta checa si será su aparato el que repica. Tampico. Finalmente, el desarrapado que vive jalando un rickshaw se da cuenta que es su celular...
Es tal la competencia en celulares que compañías se disputan clientes con ingresos menores a los de los pepenadores del Edomex. Taxis más modestos y destartalados que nuestros bochitos verdes llevan celular. Habría que preguntarse ¿cuántos de los nuestros cargan celular? En la India no hay que recordar docenas de variantes de números para poder marcarle a un solo usuario. Tampoco se escucha, una y otra vez, "estimado usuario..." (o sea ya se fregó la cosa y de nuevo no lograste comunicarte).
No sorprende que en la India exista inmenso crecimiento en negocios de cómputo, telecomunicaciones, programación. Una parte cada vez mayor de las llamadas que se hacen dentro de Estados Unidos solicitando información, saldos, aclaraciones, balances y reservaciones se contestan en la India. Hay decenas de miles de empleos. Esto no ocurre en México, donde pagamos precios irrisoriamente altos por servicios como teléfonos, carreteras, conexiones al Internet y banca. Y pa' acabarla de fregar, sobre precios récord se jinetean altísimos impuestos por consumo. No es sorprendente pues que el desarrollo de nuevos negocios digitales sea raquítico en Chilangolandia (salvo que uno sea el cuarto hombre más rico del mundo).
Si el punto de comparación sólo fuera la India, pues ok. Pero esta semana acabé en África dando un par de pláticas. Inocente yo, no esperaba competencia africana para mi queridísimo Aztlán. Pero para empezar, la aerolínea de Sudáfrica no le pide nada a nadie, en calidad, comodidad, equipo. Tampoco los aeropuertos de Johannesburgo y Capetown. Más bien, el aeropuerto africano estereotípico, donde no hay ni orden, ni seguridad, ni comodidad, el que parece bazar de ambulantes mal organizado, es el del Distrito Federal.
Vaya, uno puede adentrarse aun más, a Botswana, y los caminos son mejores que los nuestros, hay menos pobres, y es más fácil y más barato comunicarse por celular a Estados Unidos.
Son palabras mayores cuando el sur del continente más conflictivo genera países que empiezan a rebasarnos. Al igual que el gobierno de México, el de Botswana vive, principalmente, de un recurso natural, no es petróleo, son diamantes. Hasta ahí la similitud. En Botswana es noticia de primera plana cuando un ministro dispendioso cambia un automóvil que sólo tiene cinco años y 140 mil kilómetros. Quien porta un arma ilegal acaba en la cárcel 25 años. Hay muy poco crimen. Hay, como dirían los brasileños, orden y progreso.
Botswana lleva décadas de democracia real. Cada uno de los ex presidentes es un hombre respetado. No desaparecieron ni votos, ni contrincantes. Ni uno acabó siendo dueño de concesiones de teléfonos, de radio y televisión. Ni uno tuvo hermanitos, amantes, hijos ni amigos piratas. Quizá por eso nosotros, durante las últimas décadas crecimos a menos de 0.5 por ciento por año mientras que Botswana tuvo el segundo mayor índice de crecimiento económico del mundo. Mientras nosotros perdimos décadas ellos duplicaron una vez y otra su economía.
Este gobierno africano tiene suficiente confianza en sí mismo para no intentar volver monopolio la principal fuente de recursos, los diamantes. Permite la inversión privada, pero la estructura de tal manera que si los privados tienen éxito y ganancias, también el gobierno. Hay vigilancia y control real. La mina es ejemplo de tecnología, robótica e ingeniería. Usa los equipos más modernos del mundo. Quienes diseñan y operan estas máquinas y operaciones son gente de Botswana; muchos de ellos ingenieros educados en Australia y Canadá; ahora les toca a los ex alumnos exportar técnicas y tecnología. La corrupción policiaca y gubernamental es minúscula. No hay Colina del Perro, ni hay bahías completas en Manzanillo. A diferencia de tantos y tantos países, no se pierden diamantes pues.
La prioridad del Presidente es la educación. Acaba de abrir su universidad nacional de ciencia y tecnología. Sabe exactamente cuántos estudiantes tiene fuera, en qué países están, qué estudian y qué calificaciones obtienen. Mandó 8 mil 542 personas fuera el año pasado; es una de las principales inversiones que hace el gobierno. Escogen con cuidado; casi todo seleccionado se gradúa con honores. Hasta ahora regresa el 98 por ciento, no porque se les obligue sino porque quieren a su país. Y por eso, si llegaras a accidentarte en la mina de diamantes más importante del mundo, te atendería simpática doctora graduada en el 5 por ciento más alto de su generación de médicos en la Gran Bretaña. Recibió varias ofertas para quedarse en Europa. Cuando se le pregunta por qué volvió, pide, con una sonrisa, que uno conozca a su mamá. Se acerca bella viejita que lleva décadas limpiando las oficinas. La doctora comenta... este país me dio oportunidades y yo le quiero corresponder.
Botswana ha logrado todo esto pese a sufrir una hecatombe en términos de salud. Uno de cada tres adultos tiene sida. Los letreros más comunes, a lo largo de las carreteras, anuncian funerarias. No me queda claro cuáles serían las consecuencias sociales y económicas en México si tuviéramos que enfrentar semejante circunstancia. Pero en Botswana la enfermedad ha unido aun más a la comunidad. Todo funeral se vuelve acto masivo. La gente sale a apoyarse mutuamente una y otra vez. Siempre hay quien cuide a tantísimos huérfanos. Ni las compañías, ni el gobierno discriminan al contratar. Hay medicinas para quien las quiera. Hay condones para todos. La Iglesia no se entromete. Entre tanta tragedia individual, la gente mantiene su humor, su bondad y la economía crece a velocidad china.
A veces basta salir un ratito, dar una caminadita, para verdaderamente asustarse. En México, hablamos casualmente de la(s) década(s) perdida(s), de la falta de competencia, los errores de diciembre, del Fobaproa, de la omisiones y corruptelas en privatizaciones como si fueran una enfermedad crónica. Un padecimiento sin mucha consecuencia. Al vivirlo a diario, no nos damos cuenta que nos hundimos lentamente en el fango. En Botswana sufren sida, mas no sufren enfermedades incurables como el nacifismo, marinocracia, bibriescais, chuayffetitis o jacksonophobia. Olvidamos que el no crecer en algo, el no limpiar, el no educar tiene consecuencias. Olvidamos que Botswana nos va a rebasar...

Foto de Botswana obtenida en http://www.k-minos.com/