“El principal obstáculo para alcanzar el éxito es la falta de ejecución.” – Ram Charan.
Todas las organizaciones se topan en algún momento con un gran problema: la estrategia es perfecta, el liderazgo es el adecuado y la cultura es innovadora, sin embargo, la ejecución de las tareas es mediocre.
La ejecución impecable es hacer nuestro trabajo con calidad, hacerlo de la forma correcta desde la primera vez, cuidando con detalle que las características que debe tener un producto o un servicio, se cumplan para satisfacer las necesidades de los clientes.
La calidad está ligada a la actividad humana, ya que se enfoca en las características del trabajo de cada persona en la empresa. Y la ejecución impecable de cada una de las tareas que corresponden a cada persona, desde el Presidente de la empresa, hasta el colaborador con las tareas más sencillas, es la que genera la calidad necesaria para conseguir nuestros objetivos.
Consultores de empresa como Ram Charan, hablan de la falta de ejecución como el principal obstáculo para lograr el éxito. La ejecución es lo que traduce nuestros sueños en resultados. Es la disciplina que, correctamente aplicada a los tres ejes fundamentales de la empresa: gente, estrategia y operaciones, permite alcanzar la excelencia que se nos exige. La ejecución impecable permite convertir la visión en estrategia, y llegar a los resultados.
La ejecución impecable es parte central de los procesos gerenciales, relaciones interpersonales, mediciones, incentivos y cultura organizacional de cada empresa. La ejecución de alta calidad ocurre solo cuando las acciones de las personas que la conforman son armoniosas entre sí. El desempeño de la empresa (y por lo tanto, su éxito) está en función de la suma de miles acciones y decisiones, grandes o pequeñas que se toman diariamente en la organización.
Estas conductas individuales determinan el éxito de la organización, por lo que el primer paso para lograrlo es entender como influye cada persona en el éxito de la empresa. Por tal motivo, la ejecución impecable de nuestros roles y responsabilidades, pone al alcance de nuestras manos, la generación de valor, para la empresa, para cada uno de nosotros y para la comunidad.
En cada uno de nosotros está la clave que permita nuestro éxito como empresa o como colaborador, ya que la ejecución impecable trae como consecuencia inmediata, la consecución de nuestros objetivos; por tal motivo, nuestra responsabilidad para con los demás y con nosotros mismos, es hacer cada tarea de manera impecable, considerando nuestro trabajo como un homenaje a nosotros mismos.
26 de abril de 2008
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