Aquí les pongo la muestra de que al mejor cazador se le va la liebre: a los Microsiervos se les escapó la "tercera rey robótica".
30 de abril de 2008
Coherencia en la escritura
No deja de sorprenderme que cada día la gente parece escribir peor. Los mensajes son más incoherentes, llenos de frases inconexas además de mal escritas. Pero siempre pensé que había esperanza. Incluso mi esperanza sobrevive a las lecciones de cabroñol (Monsiváis dixit) de conocidos políticos y empresarios mexicanos.
Pero hoy llegó a mis ojos un mensaje que conjuga estupidez, mala ortografía y descortesía:
Pero hoy llegó a mis ojos un mensaje que conjuga estupidez, mala ortografía y descortesía:
26 de abril de 2008
Ejecución Impecable
“El principal obstáculo para alcanzar el éxito es la falta de ejecución.” – Ram Charan.
Todas las organizaciones se topan en algún momento con un gran problema: la estrategia es perfecta, el liderazgo es el adecuado y la cultura es innovadora, sin embargo, la ejecución de las tareas es mediocre.
La ejecución impecable es hacer nuestro trabajo con calidad, hacerlo de la forma correcta desde la primera vez, cuidando con detalle que las características que debe tener un producto o un servicio, se cumplan para satisfacer las necesidades de los clientes.
La calidad está ligada a la actividad humana, ya que se enfoca en las características del trabajo de cada persona en la empresa. Y la ejecución impecable de cada una de las tareas que corresponden a cada persona, desde el Presidente de la empresa, hasta el colaborador con las tareas más sencillas, es la que genera la calidad necesaria para conseguir nuestros objetivos.
Consultores de empresa como Ram Charan, hablan de la falta de ejecución como el principal obstáculo para lograr el éxito. La ejecución es lo que traduce nuestros sueños en resultados. Es la disciplina que, correctamente aplicada a los tres ejes fundamentales de la empresa: gente, estrategia y operaciones, permite alcanzar la excelencia que se nos exige. La ejecución impecable permite convertir la visión en estrategia, y llegar a los resultados.
La ejecución impecable es parte central de los procesos gerenciales, relaciones interpersonales, mediciones, incentivos y cultura organizacional de cada empresa. La ejecución de alta calidad ocurre solo cuando las acciones de las personas que la conforman son armoniosas entre sí. El desempeño de la empresa (y por lo tanto, su éxito) está en función de la suma de miles acciones y decisiones, grandes o pequeñas que se toman diariamente en la organización.
Estas conductas individuales determinan el éxito de la organización, por lo que el primer paso para lograrlo es entender como influye cada persona en el éxito de la empresa. Por tal motivo, la ejecución impecable de nuestros roles y responsabilidades, pone al alcance de nuestras manos, la generación de valor, para la empresa, para cada uno de nosotros y para la comunidad.
En cada uno de nosotros está la clave que permita nuestro éxito como empresa o como colaborador, ya que la ejecución impecable trae como consecuencia inmediata, la consecución de nuestros objetivos; por tal motivo, nuestra responsabilidad para con los demás y con nosotros mismos, es hacer cada tarea de manera impecable, considerando nuestro trabajo como un homenaje a nosotros mismos.
Todas las organizaciones se topan en algún momento con un gran problema: la estrategia es perfecta, el liderazgo es el adecuado y la cultura es innovadora, sin embargo, la ejecución de las tareas es mediocre.
La ejecución impecable es hacer nuestro trabajo con calidad, hacerlo de la forma correcta desde la primera vez, cuidando con detalle que las características que debe tener un producto o un servicio, se cumplan para satisfacer las necesidades de los clientes.
La calidad está ligada a la actividad humana, ya que se enfoca en las características del trabajo de cada persona en la empresa. Y la ejecución impecable de cada una de las tareas que corresponden a cada persona, desde el Presidente de la empresa, hasta el colaborador con las tareas más sencillas, es la que genera la calidad necesaria para conseguir nuestros objetivos.
Consultores de empresa como Ram Charan, hablan de la falta de ejecución como el principal obstáculo para lograr el éxito. La ejecución es lo que traduce nuestros sueños en resultados. Es la disciplina que, correctamente aplicada a los tres ejes fundamentales de la empresa: gente, estrategia y operaciones, permite alcanzar la excelencia que se nos exige. La ejecución impecable permite convertir la visión en estrategia, y llegar a los resultados.
La ejecución impecable es parte central de los procesos gerenciales, relaciones interpersonales, mediciones, incentivos y cultura organizacional de cada empresa. La ejecución de alta calidad ocurre solo cuando las acciones de las personas que la conforman son armoniosas entre sí. El desempeño de la empresa (y por lo tanto, su éxito) está en función de la suma de miles acciones y decisiones, grandes o pequeñas que se toman diariamente en la organización.
Estas conductas individuales determinan el éxito de la organización, por lo que el primer paso para lograrlo es entender como influye cada persona en el éxito de la empresa. Por tal motivo, la ejecución impecable de nuestros roles y responsabilidades, pone al alcance de nuestras manos, la generación de valor, para la empresa, para cada uno de nosotros y para la comunidad.
En cada uno de nosotros está la clave que permita nuestro éxito como empresa o como colaborador, ya que la ejecución impecable trae como consecuencia inmediata, la consecución de nuestros objetivos; por tal motivo, nuestra responsabilidad para con los demás y con nosotros mismos, es hacer cada tarea de manera impecable, considerando nuestro trabajo como un homenaje a nosotros mismos.
Incompetencia
"Toda incompetencia lo suficientemente avanzada es indistinguible de la mala intención." – Ley de Grey
Vía www.microsiervos.com
Vía www.microsiervos.com
21 de abril de 2008
Comunicación efectiva
En estos días he podido observar los estragos que hace una falta de comunicación clara y eso me hizo recordar la frase que aprendí del Sr. Antonio Tijerina, de Toastmasters International, que citaba a un empresario destacado, John D. Rockefeller, hablar de la importancia de la comunicación y el trato personal:
"La habilidad de conectarse con personas es un recurso más importante que el azúcar o el café. Pagaré más por esta habilidad que cualquier otra cosa bajo el sol".
Es frustrante tener que tratar con gente que no entiende lo que quiere ni lo puede expresar y más frustrante aún es enredarnos en esa "conversación" que muchas veces se produce mediante emails y no poder expresarnos claramente.
Hay varias formas de mejorar nuestra comunicación, aquí escribo algunas que he aprendido a lo largo del tiempo, y en las que sigo trabajando:
-Qué mensaje deseo comunicar (lo más sencillo e inequívoco posible).
-Definir la terminología usada y asegurarnos que todos la conocen.
-Escuchar activamente y hacer las preguntas adecuadas
-Parafrasear lo que hemos escuchado para asegurarnos si lo entendimos bien.
-Si la comunicación es escrita, leer nuestro mensaje por secciones para asegurarnos de que estamos comunicando lo que queremos expresar y que no hemos dejado nada afuera.
-Cuidar tres elementos claves: ortografía, redacción y cortesía.
Adicionalmente, este documento habla cómo mejorar la comunicación escrita: http://www.diegolevis.com.ar/consultora/secciones/corporativa/redaccion.pdf
"La habilidad de conectarse con personas es un recurso más importante que el azúcar o el café. Pagaré más por esta habilidad que cualquier otra cosa bajo el sol".
Es frustrante tener que tratar con gente que no entiende lo que quiere ni lo puede expresar y más frustrante aún es enredarnos en esa "conversación" que muchas veces se produce mediante emails y no poder expresarnos claramente.
Hay varias formas de mejorar nuestra comunicación, aquí escribo algunas que he aprendido a lo largo del tiempo, y en las que sigo trabajando:
-Qué mensaje deseo comunicar (lo más sencillo e inequívoco posible).
-Definir la terminología usada y asegurarnos que todos la conocen.
-Escuchar activamente y hacer las preguntas adecuadas
-Parafrasear lo que hemos escuchado para asegurarnos si lo entendimos bien.
-Si la comunicación es escrita, leer nuestro mensaje por secciones para asegurarnos de que estamos comunicando lo que queremos expresar y que no hemos dejado nada afuera.
-Cuidar tres elementos claves: ortografía, redacción y cortesía.
Adicionalmente, este documento habla cómo mejorar la comunicación escrita: http://www.diegolevis.com.ar/consultora/secciones/corporativa/redaccion.pdf
16 de abril de 2008
Espíritu de colaboración
Algo que falta comúnmente en las empresas (que yo he conocido, al menos) es el espíritu de colaboración.
El espíritu de colaboración son esas ganas de ayudar honestamente a otra persona o equipo de trabajo sin esperar algo a cambio.
Se da también cuando ante cada situación buscamos la manera de contribuir para que mejore aquello en que estamos trabajando.
Existe, de igual manera, cuando buscamos el éxito del equipo antes que el nuestro.
Lamentablemente, como lo reconocía alguien, en muchas ocasiones no nos pagan por el desempeño del equipo, sino por el desempeño individual. Por esto, y porque a muchas personas no les gusta que las "corrijan" o les mejoren sus ideas, pocas veces encontramos un genuino espíritu de colaboración.
Sin embargo, ser colaborativo es de gran importancia para nuestro crecimiento personal y profesional. Aunque pocas escuelas (y empresas) fomentan el verdadero trabajo en equipo, la colaboración es muy valorada, principalmente por los directivos de las empresas, puesto que el verdadero crecimiento de un proyecto, producto o servicio, se da por la colaboración de las personas que en él intervienen.
Ese "granito de arena" o esa "milla extra" que podemos poner al colaborar con alguien, son las que hacen la diferencia en el producto fina y en el desarrollo de nuestra carrera, porque, seamos sinceros, a quién le interesa trabajar con alguien muy competente, pero que hace exactamente lo que se le solicita y ni un milímetro más.
Adicionalmente, tenemos el beneficio de aprender cosas nuevas, de relacionarnos con más personas y de paso, de mejorar nuestra imagen.
Ser colaborativo es muy sencillo: cada vez que te involucres en una tarea, busca la manera de contribuir positivamente a la misma. Pregúntate cómo puede hacerse mejor (y compártelo solo si tienes un plan claro y alcanzable para mejorarlo, de otra manera parecerá que solo estás criticando), pregúntate qué puedes aportar con tus competencias personales, pregúntate cómo puedes obtener un mejor resultado.
Y lo más importante, hazlo siempre de buena gana.
15 de abril de 2008
Sentido de Urgencia
Esta semana quiero reflexionar sobre una serie de actitudes y habilidades que, desde mi punto de vista, hacen de una persona un verdadero profesional. No puedo ponerle un orden porque he decidido hacerlo de manera "creativa" como se le llama a cuando hacemos las cosas sin planear. Ayer se me ocurrió iniciar una serie de posts para hablar de las competencias menos populares, puesto que cuando alguien piensa en competencias, generalmente piensa en: Liderazgo, Trabajo en Equipo, Orientación a resultados, etc. Ese tipo de frases hechas que uno dice cuando va a una entrevista.
Por este motivo, para fomentar la creatividad de las personas, quiero tocar algunas competencias sumamente importantes para todos los miembros de un equipo, no necesariamente el líder del mismo.
El sentido de urgencia es el motor de una actividad o de un proceso. Cuando tenemos una actividad que no tiene una fecha de cumplimiento definida o cuando hay una actividad tediosa, cuya fecha de entrega es lejana, lo primero que perdemos es el Sentido de Urgencia. Es decir, sabemos que tenemos que hacerlo, sabemos que entre más pronto lo hagamos mejor nos sentiremos, pero como nuestra actividad cotidiana probablemente no se vea afectada por esta tarea, la posponemos todo lo que sea posible.
Es importante desarrollar en nosotros mismos y en los demás un sentido de urgencia. ¿Por qué? Porque nuestro competidor seguramente lo tiene. Porque entre más pronto terminemos una tarea, más pronto podremos revisarla y enmendar los errores o bien, usarla como base para construir algo mejor.
Sin embargo, pocas personas tienen este sentido de urgencia bien desarrollado. Comúnmente nos encontramos con personas muy competentes en su conocimiento o técnica, pero que no se presionan por terminar algo. Por poner un ejemplo, las personas que reciben un mail con una pregunta directa, y que deciden dejarlo hasta que el clima mejore o reciban una llamada telefónica exigiendo respuesta. Nada les cuesta contestar: sí, no o no tengo idea, pero voy a averiguarlo en este momento o en esta semana y tan pronto tenga respuesta te la hago llegar. Mejor dejan que el mail madure y a nosotros nos salgan canas de tanto esperar.
Quiero citar este artículo de Informática Milenium que habla sobre la forma de desarrollar este sentido de urgencia:
Una de las artes más finas en la administración es la habilidad para comunicar este sentido de urgencia a la gente que trabaja para nosotros. Sin más rodeos y sin mostrar ningún desagrado por ello, Usted debe comunicar este sentido de urgencia. El mejor método es mostrar un interés personal hacia nuestros colaboradores, tanto en sus proyectos como en su propia persona, revisar el progreso de su trabajo, y estar siempre dispuesto a ayudar de la forma en que nos sea posible.
En ocasiones, algunos de nuestros compañeros de trabajo, aun cuando sean extremadamente hábiles, son lentos en su accionar. Revise los planes de trabajo con su gente. Insista en que le digan a Usted cuándo iniciarán las actividades que les han sido asignadas. Hágalos estimar qué tan rápido va a estar terminado el trabajo. Entonces dé seguimiento a ese plan de actividades y confirme que las asignaciones se están llevando a cabo de acuerdo a lo planeado. Ayúdelos en la medida de lo posible a mantener el desarrollo del proyecto de acuerdo al programa de trabajo establecido. Demuestre su agrado cuando ellos cumplen satisfactoriamente con el rendimiento prometido.
Me parece que la falta de sentido de urgencia en el país nos ha afectado mucho. México es el país del Mañana. En la gran mayoría de los casos, preguntes por lo que preguntes o pidas lo que pidas, la gente te responderá: Date una vuelta mañana o háblame mañana y lo vemos.
Hoy podemos proponernos actuar con más sentido de urgencia. Interesarnos genuinamente en resolver las cosas que están pendientes y no esperar hasta el último momento, nos hará la vida más sencilla a nosotros y a nuestros colaboradores.
Por este motivo, para fomentar la creatividad de las personas, quiero tocar algunas competencias sumamente importantes para todos los miembros de un equipo, no necesariamente el líder del mismo.
El sentido de urgencia es el motor de una actividad o de un proceso. Cuando tenemos una actividad que no tiene una fecha de cumplimiento definida o cuando hay una actividad tediosa, cuya fecha de entrega es lejana, lo primero que perdemos es el Sentido de Urgencia. Es decir, sabemos que tenemos que hacerlo, sabemos que entre más pronto lo hagamos mejor nos sentiremos, pero como nuestra actividad cotidiana probablemente no se vea afectada por esta tarea, la posponemos todo lo que sea posible.
Es importante desarrollar en nosotros mismos y en los demás un sentido de urgencia. ¿Por qué? Porque nuestro competidor seguramente lo tiene. Porque entre más pronto terminemos una tarea, más pronto podremos revisarla y enmendar los errores o bien, usarla como base para construir algo mejor.
Sin embargo, pocas personas tienen este sentido de urgencia bien desarrollado. Comúnmente nos encontramos con personas muy competentes en su conocimiento o técnica, pero que no se presionan por terminar algo. Por poner un ejemplo, las personas que reciben un mail con una pregunta directa, y que deciden dejarlo hasta que el clima mejore o reciban una llamada telefónica exigiendo respuesta. Nada les cuesta contestar: sí, no o no tengo idea, pero voy a averiguarlo en este momento o en esta semana y tan pronto tenga respuesta te la hago llegar. Mejor dejan que el mail madure y a nosotros nos salgan canas de tanto esperar.
Quiero citar este artículo de Informática Milenium que habla sobre la forma de desarrollar este sentido de urgencia:
Una de las artes más finas en la administración es la habilidad para comunicar este sentido de urgencia a la gente que trabaja para nosotros. Sin más rodeos y sin mostrar ningún desagrado por ello, Usted debe comunicar este sentido de urgencia. El mejor método es mostrar un interés personal hacia nuestros colaboradores, tanto en sus proyectos como en su propia persona, revisar el progreso de su trabajo, y estar siempre dispuesto a ayudar de la forma en que nos sea posible.
En ocasiones, algunos de nuestros compañeros de trabajo, aun cuando sean extremadamente hábiles, son lentos en su accionar. Revise los planes de trabajo con su gente. Insista en que le digan a Usted cuándo iniciarán las actividades que les han sido asignadas. Hágalos estimar qué tan rápido va a estar terminado el trabajo. Entonces dé seguimiento a ese plan de actividades y confirme que las asignaciones se están llevando a cabo de acuerdo a lo planeado. Ayúdelos en la medida de lo posible a mantener el desarrollo del proyecto de acuerdo al programa de trabajo establecido. Demuestre su agrado cuando ellos cumplen satisfactoriamente con el rendimiento prometido.
Me parece que la falta de sentido de urgencia en el país nos ha afectado mucho. México es el país del Mañana. En la gran mayoría de los casos, preguntes por lo que preguntes o pidas lo que pidas, la gente te responderá: Date una vuelta mañana o háblame mañana y lo vemos.
Hoy podemos proponernos actuar con más sentido de urgencia. Interesarnos genuinamente en resolver las cosas que están pendientes y no esperar hasta el último momento, nos hará la vida más sencilla a nosotros y a nuestros colaboradores.
14 de abril de 2008
Ownership - Responsabilidad
Ownership - es literalmente ser dueño de, apropiarse de. Es la actitud de tomar algo bajo tu responsabilidad, de adueñarte del problema, de saber que tú eres quien tiene que hacer que las cosas se hagan.
A muchas personas les falta este "ownership" al menor descuido dejan el problema en manos de alguien más y no hacen nada por solucionarlo. Envían un mail o dejan un mensaje y con eso acallan su conciencia. Lo que me parece más alarmante es que en muchas ocasiones su futuro depende de los pasos que tomen para lograr algo, y aún así, lo dejan a la ligera.
Por ejemplo, muchas personas escriben diariamente a nuestra página, dicen que "buscan" trabajo, pero que solamente abren su cuenta. No crean agentes buscadores de empleo, no publican su currículum. Otros, ni siquiera abren una cuenta. Es decir, muchos de ellos piensan que con solo escribir un mail o llamarnos van a conseguirlo. Esta responsabilidad de crear agentes o llenar cvs, no solo no es de la empresa, sino que beneficia enormemente al interesado.
Creo que es muy importante que aprendamos que si a veces la pelota no está de nuestro lado de la cancha, si los beneficiados somos nosotros, nosotros debemos tener ese "ownership". Como diría mi madre, "que por nosotros no quede". Sin embargo, es muy fácil pasar por víctimas de las circunstancias, incluso cuando estas circunstancias las creamos nosotros.
A muchas personas les falta este "ownership" al menor descuido dejan el problema en manos de alguien más y no hacen nada por solucionarlo. Envían un mail o dejan un mensaje y con eso acallan su conciencia. Lo que me parece más alarmante es que en muchas ocasiones su futuro depende de los pasos que tomen para lograr algo, y aún así, lo dejan a la ligera.
Por ejemplo, muchas personas escriben diariamente a nuestra página, dicen que "buscan" trabajo, pero que solamente abren su cuenta. No crean agentes buscadores de empleo, no publican su currículum. Otros, ni siquiera abren una cuenta. Es decir, muchos de ellos piensan que con solo escribir un mail o llamarnos van a conseguirlo. Esta responsabilidad de crear agentes o llenar cvs, no solo no es de la empresa, sino que beneficia enormemente al interesado.
Creo que es muy importante que aprendamos que si a veces la pelota no está de nuestro lado de la cancha, si los beneficiados somos nosotros, nosotros debemos tener ese "ownership". Como diría mi madre, "que por nosotros no quede". Sin embargo, es muy fácil pasar por víctimas de las circunstancias, incluso cuando estas circunstancias las creamos nosotros.
Demostramos "ownership" cuando:
-Terminamos nuestras tareas y las entregamos a tiempo.
-No buscamos excusas para no hacerlas.
-Damos seguimiento a los procesos, revisando en qué estatus está cada tara, quien está resolviéndola, qué necesita para resolverla, quien lo tiene que proveer, cuándo estará lista.
-Entregamos el resultado de nuestra tarea al cliente y nos aseguramos que esté a su entera satisfacción.
Hoy, hagamos el propósito de entender de cuál problema debemos adueñarnos y no soltarlo hasta que esté resuelto.
8 de abril de 2008
La felicidad de ayudar a los demás
"Si quieres felicidad por una hora, toma una siesta. Si queires felicidad por un día, ve a pescar. Si quieres felicidad por un mes, cásate. Si quieres felicidad por un año, hereda una fortuna. Si quieres felicidad por toda una vida, ayuda a los demás." Proverbio Chino
"If you want happiness for an hour, take a nap. If you want happiness for a day, go fishing. If you want happiness for a month, get married. If you want happiness for a year, inherit a fortune. If you want happiness for a lifetime, help others. " Chinese Proverb
"If you want happiness for an hour, take a nap. If you want happiness for a day, go fishing. If you want happiness for a month, get married. If you want happiness for a year, inherit a fortune. If you want happiness for a lifetime, help others. " Chinese Proverb
4 de abril de 2008
Elemental
Aunque ya tengo aaaaños de haber salido de la preparatoria, comprobé con gusto que recuerdo 90% de la Tabla Periódica de los Elementos.
Para que no la olvides (uno nunca sabe cuando se pueda ofrecer conocer el peso específico del Xenón, por ejemplo, te recomiendo una vuelta por aquí. http://www.funbrain.com/periodic/index.html que tiene varios juegos de matemáticas, lectura, química y otros (en inglés).
O tal vez quieras comprar un poster o unas cortinas para baño, esto, literalmente le añade "clase" a una habitación.
Y para cuando se te acaben los sitios interesantes por conocer (en internet), aquí tienes la tabla periódica de Internet, tomada de aquí.
Sabiduría popular
¿Para qué preocuparse?
Fotografía de un horario visto en HECF:
"Abrimos cuando venimos,
Cerramos cuando nos vamos,
Y... si viene y no estamos,
Es que no coincidimos".
Fotografía de un horario visto en HECF:
"Abrimos cuando venimos,
Cerramos cuando nos vamos,
Y... si viene y no estamos,
Es que no coincidimos".
Cuestión de actitud
Hoy en mi trabajo leí y experimenté un par de cosas que me trajeron a la mente esta reflexión: "Cada quien tiene lo que se merece".
Siempre he pensado que lo que deseamos y por lo que luchamos, es lo que obtenemos. Me parece que cuando sucede algo que no es de nuestro completo agrado, tenemos que afrontar lo que pasa y actuar en consecuencia. No se vale culpar a otros, no se vale hacernos las víctimas y definitivamente, no se vale pensar que no podemos hacer nada.
Cuando sabemos que nuestro pensamiento atrae cosas similares a lo que pensamos (ya sea porque lo queremos o por que lo tememos) entendemos que somos responsables de lo que nos sucede.
Si tu actitud te permite abordar lo que pasa como algo que está en tu control, ya la hiciste. Y si la vida te da un limón, pídele tequila y sal!!
Siempre he pensado que lo que deseamos y por lo que luchamos, es lo que obtenemos. Me parece que cuando sucede algo que no es de nuestro completo agrado, tenemos que afrontar lo que pasa y actuar en consecuencia. No se vale culpar a otros, no se vale hacernos las víctimas y definitivamente, no se vale pensar que no podemos hacer nada.
Cuando sabemos que nuestro pensamiento atrae cosas similares a lo que pensamos (ya sea porque lo queremos o por que lo tememos) entendemos que somos responsables de lo que nos sucede.
Si tu actitud te permite abordar lo que pasa como algo que está en tu control, ya la hiciste. Y si la vida te da un limón, pídele tequila y sal!!
2 de abril de 2008
Cómo elaborar un curriculum 3
Veo que una de las constantes búsquedas que dirigen a la gente a este blog es ¿Qué secciones debe tener un currículum?
En mi opinión, estas son las secciones que habitualmente debe tener un currículum vítae.
DATOS PERSONALES
nombre
direccion
teléfono
email
fecha de nacimiento*
estado civil*
RESUMEN
OBJETIVO PROFESIONAL
EDUCACION
Licenciatura (nombre completo de la carrera), universidad, fecha de inicio y fin
Maestría (nombre completo del programa), universidad, fecha de inicio y fin
Ultimo grado de estudios en caso de no tener licenciatura, escuela, fecha de inicio y fin
COMPETENCIAS (conocimientos, habilidades, actitudes)
Organizacionales
Técnicas
Personales
Idiomas
HISTORIAL LABORAL
puesto
empresa
fecha inicio y fin
lugar (ciudad, país o ciudad, estado)
descripcion
logros
RECONOCIMIENTOS
Nombre, organización, fecha
AFILIACIONES
En mi opinión, estas son las secciones que habitualmente debe tener un currículum vítae.
DATOS PERSONALES
nombre
direccion
teléfono
fecha de nacimiento*
estado civil*
RESUMEN
OBJETIVO PROFESIONAL
EDUCACION
Licenciatura (nombre completo de la carrera), universidad, fecha de inicio y fin
Maestría (nombre completo del programa), universidad, fecha de inicio y fin
Ultimo grado de estudios en caso de no tener licenciatura, escuela, fecha de inicio y fin
COMPETENCIAS (conocimientos, habilidades, actitudes)
Organizacionales
Técnicas
Personales
Idiomas
HISTORIAL LABORAL
puesto
empresa
fecha inicio y fin
lugar (ciudad, país o ciudad, estado)
descripcion
logros
RECONOCIMIENTOS
Nombre, organización, fecha
AFILIACIONES
Adicionalmente, la información debe ser clara y completa, estar correctamente escrito, en orden cronológico, debe ser visualmente agradable, en la medida de lo posible no utilizar siglas poco comunes. Y por último, es muy importante poner solo información pertinente. Es decir, todo lo que dé información relacionada al trabajo o que dé un indicio de cómo podría ser tu comportamiento en el trabajo.
1 de abril de 2008
Educación
Vie, 15/02/2008 - 18:48 — sprocket
A continuación transcribo un artículo del periodista español Carlos Manuel Sánchez sobre las diferencias entre Finlandia y España a tenor de los resultados del último informe Pisa.
EL SECRETO DE LOS FINLANDESES
24 horas con uno de los jóvenes de 15 años que triunfa en Pisa
¿Por qué lo habitual en Finlandia es que un adolescente normalito termine Secundaria con notas excelentes, hablando un perfecto inglés y leyendo un libro a la semana, y aquí muy pocos consiguan algo remotamente parecido? Hemos viajado al país mejor clasificado por el informe Pisa para averiguarlo.
Les presento a Saili Sipilä. Tiene 15 años. Vive con sus padres y sus dos hermanos en Espoo, una ciudad de 360.000 habitantes a las afueras de Helsinki. He volado 4.000 kilómetros para conocerlo. ¿Por qué? Por dos razones: porque soy periodista y porque tengo un hijo de la misma edad. Como periodista, quiero saber por qué Saili, un adolescente normalito de Finlandia terminará la Secundaria con excelentes notas, hablando inglés a la perfección y leyendo un libro por semana. Lo típico para un finlandés. Como padre, quiero saber si es inevitable que mi hijo, Manuel, un adolescente normalito, acabe sus estudios obligatorios aprobando por los pelos, chapurreando cuatro palabras en inglés y sin el menor interés por la lectura. Lo típico para un español. ¿Hubiera sido diferente si hubiera nacido en Finlandia? ¿Qué comparaciones entre la educación finlandesa y la española puedo hacer como periodista? ¿Qué lecciones puedo aprender como padre?
Repaso en el avión los resultados calentitos del último informe Pisa, un examen trianual que mide las capacidades de los alumnos de 15 años de 57 países en ciencias, matemáticas y lectura. Participaron 375.000 estudiantes. En España, casi 20.000 alumnos de Secundaria de 686 coles e institutos. Veamos las notas. Ciencias: Finlandia, 1ª, 563 puntos. España, 31ª, 488 puntos. Si el aprobado lo marca la media de los países de la OCDE (491 puntos), ya tenemos el primer suspenso. Matemáticas: Finlandia, 2ª, 548 puntos, a sólo uno de China Taipei. España, 31ª, 480, a cuatro de la media de los países desarrollados. Segundo insuficiente. Lectura: Finlandia, 2ª (547), por detrás de Corea del Sur. España, 35ª (461), protagoniza además el peor descenso en comprensión lectora de los países de la OCDE (485) desde el último informe. Nuestros hijos no entienden lo que leen. A la cuarta línea de cualquier texto se pierden. Muy deficiente.
Tres cates en las tres asignaturas básicas. ¿Qué hacemos? ¿Castigamos de cara a la pared a los alumnos, a los padres, a los profesores, a las autoridades, a todos? Alemania cosechó unas calabazas semejantes hace tres años y la conmoción fue tan mayúscula que los políticos se pusieron las pilas y este año sus estudiantes han aprobado con nota. Aquí, el Gobierno culpa a Franco (la precaria educación de los padres dificulta la de los hijos). Además, la fiesta va por barrios, léase por comunidades autónomas. Los riojanos pueden sacar pecho: están en el grupito de cabeza. Los andaluces deberían ir pensando en las recuperaciones: en mates les gana hasta Azerbaiyán.
Taxi hasta Espoo. Son las siete de la mañana y todavía no ha amanecido. Ni lo hará. No veré el sol durante mi estancia en Finlandia. Cielos cubiertos y noche cerrada a las tres de la tarde. En esta época del año es un país en penumbra y con sus 5,3 millones de habitantes obsesionados en encender cirios, velas y lamparitas. Limosnas de luz. Llego a casa de los Sipilä a tiempo para ser invitado al desayuno familiar. No es lo habitual, porque cada uno suele tomar un bocado por su cuenta, pero ayer (6 de diciembre) fue el Día de la Independencia y la ocasión lo merece. Me sorprende que Saili no tenga puente, pues el festivo cae en jueves. Mi hijo enlazó cuatro días de vacaciones gracias al viaducto de la Constitución. En Finlandia, si una escuela hace puente (los centros tienen autonomía para toman estas decisiones), antes obliga a sus alumnos a salir algo más tarde cada día hasta completar las clases que se hubieran perdido.
Me descalzo, dejo los zapatos en el recibidor y converso con los Sipilä en calcetines mientras damos cuenta del café, los panecillos, el zumo de bayas y el queso lapón con mermelada. Seppo, el padre, es teólogo y se gana la vida traduciendo la Biblia. Domina una docena de idiomas, entre ellos arameo, copto y árabe clásico. Leena, la madre, es enfermera y trabaja en un hospital. Mikael, el hermano mayor, tiene 18 años y quiere estudiar Arte Dramático en la universidad, pero reconoce que las posibilidades de pasar el corte a la primera son escasas. Joel, el menor, de 12 años, es discapacitado psíquico y acude a un colegio de educación especial. La vivienda familiar es un dúplex de clase media en el centro urbano de Espoo. Lo de ‘urbano’ hay que matizarlo. Un bosque de abetos limita con la casa. «Nos mudamos aquí hace año y medio. El aire es muy puro». Espoo es la segunda ciudad de Finlandia en habitantes y la de mayor porcentaje de población universitaria en un país donde el 34 por ciento de los adultos tiene estudios superiores. «No hay apenas delincuencia. Nuestros hijos pueden pasear de noche con tranquilidad», explica el padre. Y Saili apostilla en un inglés prístino: «Finlandia es segura. Ni sunamis, ni terremotos… Me gusta vivir aquí». Yo les explico que me crié en la calle. Y eso es algo que se ha perdido en España, por los menos en las grandes ciudades. Que los niños puedan jugar al aire libre sin vigilancia.
Las ocho menos cuarto. Hora de ponerse los zapatos y salir camino de las respectivas ocupaciones. Saili coge el bus urbano (no hay autobuses escolares). El billete lo subvenciona el municipio. Por ley, ningún alumno puede vivir a más de cinco kilómetros de la escuela. Podría ir caminando, un paseo de veinte minutos, pero llovizna aguanieve y no le apetece. Saili tiene moto y bicicleta, como la mayoría de sus compis, pero sólo unos pocos desafían al frío en esta época. En el exterior, las instalaciones de la escuela Saarnilaakson dan una impresión espartana, excepto por el césped de los campos de deporte que la circundan. En la entrada no se ve a decenas de estudiantes apurando el primer pitillo de la mañana, como en los institutos españoles. Ni una colilla ni una hoja ni una pintada. «Aquí no se ensucia ni la nieve», me dice el fotógrafo.
En el interior, la limpieza resalta aún más. No hay garabatos en los pupitres ni en los aseos. Todo parece recién estrenado. Saarnilaakson es una escuela pública, como el 97 por ciento de los centros finlandeses, a diferencia de España, donde el 35 por ciento son privados. Por supuesto, es gratuita. Pero el equipamiento es el de un colegio caro en nuestro país. Las aulas disponen de un televisor con pantalla gigante de plasma, acuario de 200 litros con pececitos de colores, cocina con fregadero, medios audiovisuales, aire acondicionado, muchas plantas. Hay un ordenador por cada dos alumnos. Una docena de máquinas de coser en la clase de costura, aparatos de soldar, herramientas de carpintería, esquíes… Un gimnasio cubierto, un auditorio para las clases de teatro y un comedor con autoservicio. Todo en perfecto estado de revista. Los libros de texto son gratis (¡cómo duelen los 200 euros que tengo que desembolsar cada septiembre!), el material escolar es gratis, la comida es gratis. No parece demasiado apetitosa y los estudiantes reniegan, pero la comen. Al Ayuntamiento le cuesta 65 céntimos cada menú: un plato caliente, leche y fruta.
Tanta generosidad me pone los dientes largos. Y cuando Kari Kajalainen, profesor de matemáticas, me explica que si un niño quiere estudiar, puede llegar a ser médico o juez o ingeniero, lo que se proponga, si se esfuerza, aunque su familia sea pobre, pongo cara de incredulidad. «La educación de cada finlandés le cuesta 200.000 euros al Estado, desde que entra en la guardería hasta que sale de la universidad con su título. Es el dinero mejor empleado de nuestros impuestos. La presidenta del país, Tarja Halonen, se licenció en Derecho y proviene de una humilde familia de clase obrera. «Cuando regaño a mis alumnos, les digo que están malgastando el dinero de los contribuyentes». Y otra profesora, Päivi Ketola, me cuenta que los universitarios sólo han de pagar los libros y la comida (2.50 euros en la cafetería de la facultad). El Estado los ayuda a emanciparse con subvenciones para alquilar una vivienda y una paga. Todo el sistema está montado para que los finlandeses se acostumbren a ser autónomos desde bien pequeñitos y se vayan a vivir por su cuenta a los 18 años.
Pero volvamos con Saili, que ha sonado el timbre (las notas de una balada al piano de Erik Satie) y entra en clase. Cursa 9º grado, el equivalente de 4º de la ESO en España. En la escuela de Saarnilaakson hay 400 alumnos y 40 profesores, médico, asistente social, psicólogo y hasta dentista. Y la ratio es de menos de veinte estudiantes por aula (en Finlandia, por ley, no puede haber más de 24). En la clase de mi hijo hay 34. Los compañeros de Saili son formalitos, por lo menos a primera vista. Y es que en el ideario del colegio, además de en la civilización europea y el multiculturalismo (hay clases de historia del islam o del catolicismo, aunque la población es mayoritariamente luterana), se hace un hincapié obsesivo en los buenos modales. Me asombra el respeto reverencial que le tienen a los profesores. «Sí, nos sentimos respetados y valorados por la sociedad. Ser maestro es una profesión de prestigio a la que solo aspiran los mejores. Y no basta con ser muy bueno en tu materia. Debes destacar también a la hora de saber transmitir tus conocimientos. Pero el respeto de los alumnos te lo ganas día a día. En 20 segundos lo puedes perder», explica Mati Karkkainen, docente de ciencias, en la sala de profesores, muy acogedora: un piano, una bandeja con bombones, cafeteras humeantes. Los maestros tienen un buen sueldo en comparación con los españoles, aunque algunos se quejan. Rocío no, desde luego. Esta madrileña imparte clases de español. «Cobro 1.800 euros por 15 horas semanales. El sistema no incentiva que trabajes más. Prefieren repartir el trabajo para que no haya paro. ¿Cómo? Aumentando mucho los impuestos a los que ganan más. A mí sólo me retienen el 10 por ciento. Pero a un médico que gane 5.000 euros le retienen la mitad. Además, tienes derecho a paro toda la vida. Tendría que pensármelo mucho para volver a España».
Ojo, a los niños finlandeses no les gusta el cole. Saili, que saca sobresalientes sin despeinarse, lo considera «demasiado fácil». Sus compañeros, menos brillantes, reconocen que hay que trabajar demasiado. Y Päivi Junkkari, profesora de inglés, recuerda su adolescencia como una etapa ingrata, de mucho sacrificio. «Los alumnos no vienen al colegio a pasárselo bomba. Es un trabajo. Pero saben que todos tienen las mismas oportunidades. Da igual a la escuela que vayan, en el centro de Helsinki o en un pueblo del Ártico. Todas tienen el mismo nivel». Kari Kajainen asiente. «Nos centramos en que la mayoría de los alumnos sean muy competentes. Que el nivel medio sea alto. No es una educación elitista. Preferimos que todos saquen aprobados y notables; que haya alumnos de matrícula no es una prioridad. Y, sobre todo, cuando vemos que alguno tiene problemas, le asignamos enseguida un profesor de apoyo. Tiene clases extra. Estamos muy pendientes y no dejamos que se retrase.»
Los deberes son sagrados. Y está muy mal visto que alguien copie, incluso por los mismos alumnos. Que alguien saque una chuleta es impensable. «En nuestra cultura son muy importantes dos valores: la honradez y el trabajo», comenta Päivi Junkkari. No es casualidad que Finlandia también encabece las estadísticas de transparencia y menos corrupción pública. Kari Kajainen apunta otra peculiaridad nórdica. No hay repetidores. Le digo que en España el 43 por ciento de los alumnos de Secundaria ha repetido curso alguna vez. Y que mi hijo, que siempre se salva al final, tiene incontables oportunidades para aprobar cada asignatura y, aun así, suelen quedarle un par para septiembre. Kajainen pone cara de asombro. «Aquí sólo tienes una oportunidad para aprobar un examen por la misma razón que la vida sólo se vive una vez. Y hay que aprovecharla. Si no apruebas, te quedas una hora más en clase hasta que demuestres que te lo sabes y si no, estudias en verano, pero la promoción es automática».
¿Dónde aprietan más las tuercas? «Sin duda, en la enseñanza de la lengua materna. Somos los primeros del mundo en ciencias y los segundos en matemáticas, pero el mayor reto de enseñar matemáticas es conseguir que los alumnos comprendan lo que leen, el enunciado de los problemas. Por eso lo fundamental es que lean. Y también es muy importante la enseñanza de lenguas extranjeras. El finés es una lengua minoritaria. Los alumnos también estudian sueco e inglés obligatoriamente. Y alemán, francés o italiano como optativas. Pero tienen una gran ventaja. Las películas y series de televisión extranjeras no están dobladas. Todas se pasan con subtítulos. Los niños se acostumbran desde pequeños a escuchar otros idiomas y, además, adquieren destreza lectora. Hay que leer rápido los subtítulos para no perder el hilo del programa», apunta Tuija Yrjö-Koskinen, profesora de inglés. Envidio la fluidez con la que todos hablan el idioma de Shakespeare en la clase de Sailu. E incluso chapurrean algunas palabras de español porque Los Serrano es la serie de moda.
La jornada de Saili es intensiva, de 8 de la mañana a 3 de la tarde. Pero las clases son muy breves: 45 minutos mal contados. Hay un recreo obligatorio al aire libre (los adolescentes se apretujan en la entrada porque en el patio hace frío) y una pausa de media hora para comer. Todo el horario está salpicado de breves descansos que hacen llevadero el día. Terminan frescos. No se los abruma con una montaña de materias. Las carteras son livianas. Se estimula el razonamiento crítico antes que la memorización. Hay clases distendidas, como baile de salón, teatro, arte digital, peluquería, artes marciales, hockey sobre hielo, esquí de travesía, ¡cocina! (Saili y su hermano Mikael aprendieron a cocinar en el colegio y preparan la cena en casa cuando les toca). También primeros auxilios, carpintería, soldadura o música. Los alumnos tocan el violín, la guitarra eléctrica u otros instrumentos, según sus preferencias. Y, sobre todo, se estimula el pensamiento crítico. Se invita a discutir. El sistema español margina el debate y la expresión oral. El alumno toma apuntes pasivamente, bosteza.
Saili vuelve a casa, juega un rato al hockey y hace los deberes. «Tardo de una a dos horas. Luego cuido de mi hermano Joel o cocino si no hay nadie más en casa. A las siete hemos cenado. Me conecto un rato al Messenger si mi padre no está trabajando en el ordenador. O juego a videojuegos de rol y de estrategia. Luego, me acuesto y me quedo leyendo hasta las once. Mis libros preferidos son las novelas de Julio Verne y todos los de Harry Potter. El último lo voy a leer en inglés».
Finlandia presume del mayor índice de lectura de libros y prensa de Europa. Tres veces por semana la familia toma la sauna en casa. «Lo hacemos juntos. Es el lugar donde se comentan las preocupaciones y los proyectos, donde se planean las vacaciones. Siempre buscando el sol. Hemos ido a Madeira, París y Túnez», explica Leena, su madre. Saili todavía no tiene claro qué quiere ser de mayor. «Químico, veterinario o diseñador de videojuegos.» Le pregunto si es feliz. Y me responde sin pestañear que sí.
Carlos Manuel Sánchez
Vía Blog de Sprocket
Y aquí puedes ver los resultados generales de la evaluación del 2007: http://news.bbc.co.uk/2/hi/uk_news/education/7126388.stm
A continuación transcribo un artículo del periodista español Carlos Manuel Sánchez sobre las diferencias entre Finlandia y España a tenor de los resultados del último informe Pisa.
EL SECRETO DE LOS FINLANDESES
24 horas con uno de los jóvenes de 15 años que triunfa en Pisa
¿Por qué lo habitual en Finlandia es que un adolescente normalito termine Secundaria con notas excelentes, hablando un perfecto inglés y leyendo un libro a la semana, y aquí muy pocos consiguan algo remotamente parecido? Hemos viajado al país mejor clasificado por el informe Pisa para averiguarlo.
Les presento a Saili Sipilä. Tiene 15 años. Vive con sus padres y sus dos hermanos en Espoo, una ciudad de 360.000 habitantes a las afueras de Helsinki. He volado 4.000 kilómetros para conocerlo. ¿Por qué? Por dos razones: porque soy periodista y porque tengo un hijo de la misma edad. Como periodista, quiero saber por qué Saili, un adolescente normalito de Finlandia terminará la Secundaria con excelentes notas, hablando inglés a la perfección y leyendo un libro por semana. Lo típico para un finlandés. Como padre, quiero saber si es inevitable que mi hijo, Manuel, un adolescente normalito, acabe sus estudios obligatorios aprobando por los pelos, chapurreando cuatro palabras en inglés y sin el menor interés por la lectura. Lo típico para un español. ¿Hubiera sido diferente si hubiera nacido en Finlandia? ¿Qué comparaciones entre la educación finlandesa y la española puedo hacer como periodista? ¿Qué lecciones puedo aprender como padre?
Repaso en el avión los resultados calentitos del último informe Pisa, un examen trianual que mide las capacidades de los alumnos de 15 años de 57 países en ciencias, matemáticas y lectura. Participaron 375.000 estudiantes. En España, casi 20.000 alumnos de Secundaria de 686 coles e institutos. Veamos las notas. Ciencias: Finlandia, 1ª, 563 puntos. España, 31ª, 488 puntos. Si el aprobado lo marca la media de los países de la OCDE (491 puntos), ya tenemos el primer suspenso. Matemáticas: Finlandia, 2ª, 548 puntos, a sólo uno de China Taipei. España, 31ª, 480, a cuatro de la media de los países desarrollados. Segundo insuficiente. Lectura: Finlandia, 2ª (547), por detrás de Corea del Sur. España, 35ª (461), protagoniza además el peor descenso en comprensión lectora de los países de la OCDE (485) desde el último informe. Nuestros hijos no entienden lo que leen. A la cuarta línea de cualquier texto se pierden. Muy deficiente.
Tres cates en las tres asignaturas básicas. ¿Qué hacemos? ¿Castigamos de cara a la pared a los alumnos, a los padres, a los profesores, a las autoridades, a todos? Alemania cosechó unas calabazas semejantes hace tres años y la conmoción fue tan mayúscula que los políticos se pusieron las pilas y este año sus estudiantes han aprobado con nota. Aquí, el Gobierno culpa a Franco (la precaria educación de los padres dificulta la de los hijos). Además, la fiesta va por barrios, léase por comunidades autónomas. Los riojanos pueden sacar pecho: están en el grupito de cabeza. Los andaluces deberían ir pensando en las recuperaciones: en mates les gana hasta Azerbaiyán.
Taxi hasta Espoo. Son las siete de la mañana y todavía no ha amanecido. Ni lo hará. No veré el sol durante mi estancia en Finlandia. Cielos cubiertos y noche cerrada a las tres de la tarde. En esta época del año es un país en penumbra y con sus 5,3 millones de habitantes obsesionados en encender cirios, velas y lamparitas. Limosnas de luz. Llego a casa de los Sipilä a tiempo para ser invitado al desayuno familiar. No es lo habitual, porque cada uno suele tomar un bocado por su cuenta, pero ayer (6 de diciembre) fue el Día de la Independencia y la ocasión lo merece. Me sorprende que Saili no tenga puente, pues el festivo cae en jueves. Mi hijo enlazó cuatro días de vacaciones gracias al viaducto de la Constitución. En Finlandia, si una escuela hace puente (los centros tienen autonomía para toman estas decisiones), antes obliga a sus alumnos a salir algo más tarde cada día hasta completar las clases que se hubieran perdido.
Me descalzo, dejo los zapatos en el recibidor y converso con los Sipilä en calcetines mientras damos cuenta del café, los panecillos, el zumo de bayas y el queso lapón con mermelada. Seppo, el padre, es teólogo y se gana la vida traduciendo la Biblia. Domina una docena de idiomas, entre ellos arameo, copto y árabe clásico. Leena, la madre, es enfermera y trabaja en un hospital. Mikael, el hermano mayor, tiene 18 años y quiere estudiar Arte Dramático en la universidad, pero reconoce que las posibilidades de pasar el corte a la primera son escasas. Joel, el menor, de 12 años, es discapacitado psíquico y acude a un colegio de educación especial. La vivienda familiar es un dúplex de clase media en el centro urbano de Espoo. Lo de ‘urbano’ hay que matizarlo. Un bosque de abetos limita con la casa. «Nos mudamos aquí hace año y medio. El aire es muy puro». Espoo es la segunda ciudad de Finlandia en habitantes y la de mayor porcentaje de población universitaria en un país donde el 34 por ciento de los adultos tiene estudios superiores. «No hay apenas delincuencia. Nuestros hijos pueden pasear de noche con tranquilidad», explica el padre. Y Saili apostilla en un inglés prístino: «Finlandia es segura. Ni sunamis, ni terremotos… Me gusta vivir aquí». Yo les explico que me crié en la calle. Y eso es algo que se ha perdido en España, por los menos en las grandes ciudades. Que los niños puedan jugar al aire libre sin vigilancia.
Las ocho menos cuarto. Hora de ponerse los zapatos y salir camino de las respectivas ocupaciones. Saili coge el bus urbano (no hay autobuses escolares). El billete lo subvenciona el municipio. Por ley, ningún alumno puede vivir a más de cinco kilómetros de la escuela. Podría ir caminando, un paseo de veinte minutos, pero llovizna aguanieve y no le apetece. Saili tiene moto y bicicleta, como la mayoría de sus compis, pero sólo unos pocos desafían al frío en esta época. En el exterior, las instalaciones de la escuela Saarnilaakson dan una impresión espartana, excepto por el césped de los campos de deporte que la circundan. En la entrada no se ve a decenas de estudiantes apurando el primer pitillo de la mañana, como en los institutos españoles. Ni una colilla ni una hoja ni una pintada. «Aquí no se ensucia ni la nieve», me dice el fotógrafo.
En el interior, la limpieza resalta aún más. No hay garabatos en los pupitres ni en los aseos. Todo parece recién estrenado. Saarnilaakson es una escuela pública, como el 97 por ciento de los centros finlandeses, a diferencia de España, donde el 35 por ciento son privados. Por supuesto, es gratuita. Pero el equipamiento es el de un colegio caro en nuestro país. Las aulas disponen de un televisor con pantalla gigante de plasma, acuario de 200 litros con pececitos de colores, cocina con fregadero, medios audiovisuales, aire acondicionado, muchas plantas. Hay un ordenador por cada dos alumnos. Una docena de máquinas de coser en la clase de costura, aparatos de soldar, herramientas de carpintería, esquíes… Un gimnasio cubierto, un auditorio para las clases de teatro y un comedor con autoservicio. Todo en perfecto estado de revista. Los libros de texto son gratis (¡cómo duelen los 200 euros que tengo que desembolsar cada septiembre!), el material escolar es gratis, la comida es gratis. No parece demasiado apetitosa y los estudiantes reniegan, pero la comen. Al Ayuntamiento le cuesta 65 céntimos cada menú: un plato caliente, leche y fruta.
Tanta generosidad me pone los dientes largos. Y cuando Kari Kajalainen, profesor de matemáticas, me explica que si un niño quiere estudiar, puede llegar a ser médico o juez o ingeniero, lo que se proponga, si se esfuerza, aunque su familia sea pobre, pongo cara de incredulidad. «La educación de cada finlandés le cuesta 200.000 euros al Estado, desde que entra en la guardería hasta que sale de la universidad con su título. Es el dinero mejor empleado de nuestros impuestos. La presidenta del país, Tarja Halonen, se licenció en Derecho y proviene de una humilde familia de clase obrera. «Cuando regaño a mis alumnos, les digo que están malgastando el dinero de los contribuyentes». Y otra profesora, Päivi Ketola, me cuenta que los universitarios sólo han de pagar los libros y la comida (2.50 euros en la cafetería de la facultad). El Estado los ayuda a emanciparse con subvenciones para alquilar una vivienda y una paga. Todo el sistema está montado para que los finlandeses se acostumbren a ser autónomos desde bien pequeñitos y se vayan a vivir por su cuenta a los 18 años.
Pero volvamos con Saili, que ha sonado el timbre (las notas de una balada al piano de Erik Satie) y entra en clase. Cursa 9º grado, el equivalente de 4º de la ESO en España. En la escuela de Saarnilaakson hay 400 alumnos y 40 profesores, médico, asistente social, psicólogo y hasta dentista. Y la ratio es de menos de veinte estudiantes por aula (en Finlandia, por ley, no puede haber más de 24). En la clase de mi hijo hay 34. Los compañeros de Saili son formalitos, por lo menos a primera vista. Y es que en el ideario del colegio, además de en la civilización europea y el multiculturalismo (hay clases de historia del islam o del catolicismo, aunque la población es mayoritariamente luterana), se hace un hincapié obsesivo en los buenos modales. Me asombra el respeto reverencial que le tienen a los profesores. «Sí, nos sentimos respetados y valorados por la sociedad. Ser maestro es una profesión de prestigio a la que solo aspiran los mejores. Y no basta con ser muy bueno en tu materia. Debes destacar también a la hora de saber transmitir tus conocimientos. Pero el respeto de los alumnos te lo ganas día a día. En 20 segundos lo puedes perder», explica Mati Karkkainen, docente de ciencias, en la sala de profesores, muy acogedora: un piano, una bandeja con bombones, cafeteras humeantes. Los maestros tienen un buen sueldo en comparación con los españoles, aunque algunos se quejan. Rocío no, desde luego. Esta madrileña imparte clases de español. «Cobro 1.800 euros por 15 horas semanales. El sistema no incentiva que trabajes más. Prefieren repartir el trabajo para que no haya paro. ¿Cómo? Aumentando mucho los impuestos a los que ganan más. A mí sólo me retienen el 10 por ciento. Pero a un médico que gane 5.000 euros le retienen la mitad. Además, tienes derecho a paro toda la vida. Tendría que pensármelo mucho para volver a España».
Ojo, a los niños finlandeses no les gusta el cole. Saili, que saca sobresalientes sin despeinarse, lo considera «demasiado fácil». Sus compañeros, menos brillantes, reconocen que hay que trabajar demasiado. Y Päivi Junkkari, profesora de inglés, recuerda su adolescencia como una etapa ingrata, de mucho sacrificio. «Los alumnos no vienen al colegio a pasárselo bomba. Es un trabajo. Pero saben que todos tienen las mismas oportunidades. Da igual a la escuela que vayan, en el centro de Helsinki o en un pueblo del Ártico. Todas tienen el mismo nivel». Kari Kajainen asiente. «Nos centramos en que la mayoría de los alumnos sean muy competentes. Que el nivel medio sea alto. No es una educación elitista. Preferimos que todos saquen aprobados y notables; que haya alumnos de matrícula no es una prioridad. Y, sobre todo, cuando vemos que alguno tiene problemas, le asignamos enseguida un profesor de apoyo. Tiene clases extra. Estamos muy pendientes y no dejamos que se retrase.»
Los deberes son sagrados. Y está muy mal visto que alguien copie, incluso por los mismos alumnos. Que alguien saque una chuleta es impensable. «En nuestra cultura son muy importantes dos valores: la honradez y el trabajo», comenta Päivi Junkkari. No es casualidad que Finlandia también encabece las estadísticas de transparencia y menos corrupción pública. Kari Kajainen apunta otra peculiaridad nórdica. No hay repetidores. Le digo que en España el 43 por ciento de los alumnos de Secundaria ha repetido curso alguna vez. Y que mi hijo, que siempre se salva al final, tiene incontables oportunidades para aprobar cada asignatura y, aun así, suelen quedarle un par para septiembre. Kajainen pone cara de asombro. «Aquí sólo tienes una oportunidad para aprobar un examen por la misma razón que la vida sólo se vive una vez. Y hay que aprovecharla. Si no apruebas, te quedas una hora más en clase hasta que demuestres que te lo sabes y si no, estudias en verano, pero la promoción es automática».
¿Dónde aprietan más las tuercas? «Sin duda, en la enseñanza de la lengua materna. Somos los primeros del mundo en ciencias y los segundos en matemáticas, pero el mayor reto de enseñar matemáticas es conseguir que los alumnos comprendan lo que leen, el enunciado de los problemas. Por eso lo fundamental es que lean. Y también es muy importante la enseñanza de lenguas extranjeras. El finés es una lengua minoritaria. Los alumnos también estudian sueco e inglés obligatoriamente. Y alemán, francés o italiano como optativas. Pero tienen una gran ventaja. Las películas y series de televisión extranjeras no están dobladas. Todas se pasan con subtítulos. Los niños se acostumbran desde pequeños a escuchar otros idiomas y, además, adquieren destreza lectora. Hay que leer rápido los subtítulos para no perder el hilo del programa», apunta Tuija Yrjö-Koskinen, profesora de inglés. Envidio la fluidez con la que todos hablan el idioma de Shakespeare en la clase de Sailu. E incluso chapurrean algunas palabras de español porque Los Serrano es la serie de moda.
La jornada de Saili es intensiva, de 8 de la mañana a 3 de la tarde. Pero las clases son muy breves: 45 minutos mal contados. Hay un recreo obligatorio al aire libre (los adolescentes se apretujan en la entrada porque en el patio hace frío) y una pausa de media hora para comer. Todo el horario está salpicado de breves descansos que hacen llevadero el día. Terminan frescos. No se los abruma con una montaña de materias. Las carteras son livianas. Se estimula el razonamiento crítico antes que la memorización. Hay clases distendidas, como baile de salón, teatro, arte digital, peluquería, artes marciales, hockey sobre hielo, esquí de travesía, ¡cocina! (Saili y su hermano Mikael aprendieron a cocinar en el colegio y preparan la cena en casa cuando les toca). También primeros auxilios, carpintería, soldadura o música. Los alumnos tocan el violín, la guitarra eléctrica u otros instrumentos, según sus preferencias. Y, sobre todo, se estimula el pensamiento crítico. Se invita a discutir. El sistema español margina el debate y la expresión oral. El alumno toma apuntes pasivamente, bosteza.
Saili vuelve a casa, juega un rato al hockey y hace los deberes. «Tardo de una a dos horas. Luego cuido de mi hermano Joel o cocino si no hay nadie más en casa. A las siete hemos cenado. Me conecto un rato al Messenger si mi padre no está trabajando en el ordenador. O juego a videojuegos de rol y de estrategia. Luego, me acuesto y me quedo leyendo hasta las once. Mis libros preferidos son las novelas de Julio Verne y todos los de Harry Potter. El último lo voy a leer en inglés».
Finlandia presume del mayor índice de lectura de libros y prensa de Europa. Tres veces por semana la familia toma la sauna en casa. «Lo hacemos juntos. Es el lugar donde se comentan las preocupaciones y los proyectos, donde se planean las vacaciones. Siempre buscando el sol. Hemos ido a Madeira, París y Túnez», explica Leena, su madre. Saili todavía no tiene claro qué quiere ser de mayor. «Químico, veterinario o diseñador de videojuegos.» Le pregunto si es feliz. Y me responde sin pestañear que sí.
Carlos Manuel Sánchez
Vía Blog de Sprocket
Y aquí puedes ver los resultados generales de la evaluación del 2007: http://news.bbc.co.uk/2/hi/uk_news/education/7126388.stm
Algo que no sabías
En cualquier año, los días 4/4, 6/6, 8/8, 10/10 y 12/12 (es decir: 4 de abril, 6 de junio, 8 de agosto, etcétera) siempre caen en el mismo día de la semana. Es una curiosa coincidencia que utiliza el Algoritmo Doomsday, inventado por John Horton Conway, para permitir calcular mentalmente el día de la semana de cualquier día de cualquier año, a modo de «calendario perpétuo».
Vía Microsiervos
Vía Microsiervos
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