Ayer
leí el caso de un editor de una revista en línea que llamó prostituta a una científica que
se negó a escribir de forma gratuita para la revista. Todo por que
la investigadora se negó a dar su trabajo gratis a quien se
beneficia del tráfico de lectores en la red. Independientemente del
tema del machismo (no imagino a nadie llamando prostituto a un hombre
que se niegue a escribir gratis), es importante reflexionar sobre el
tema de las expectativas.
Muchas
veces olvidamos que vivimos en un mundo capitalista. Sería
maravilloso si pudiéramos vivir de reputación, pagar nuestros
recibos con "Likes" de Facebook y nuestra renta con
recomendaciones de lo maravillosos que somos. Cuando las personas
viven de prestar determinado servicio es fundamental otorgar un pago
que de alguna manera reconozca el tiempo y dinero que han invertido
para ser capaces de prestarlo, así como compensar el tiempo que nos
dedican en ese momento.
Hace
unos días ofrecí mis servicios para la organización de un evento.
Una de las primeras preguntas que se hicieron fue si mi ayuda sería
gratuita, ya que dicha organización no tiene fondos ni fines de
lucro y necesita de ayuda. Pero no toda la ayuda fue creada igual.
Para desarrollar las habilidades para organizar un evento como éste,
he pasado años aprendiendo sobre técnicas de intervención a gran
escala, estudié una maestría en Intervención en Sistemas Humanos.
Viajé a Brasil y a Estados Unidos para reunirme con expertos y he
comprado y leído una gran cantidad de libros. Además, ya hablando
de la aplicación práctica, por regla general el evento toma casi el
mismo número de horas en prepararse que en facilitarse por lo que si
voy a organizar una pequeña reunión de 2 horas, invertiré otras 2
horas en la preparación, lo que da un total de cuando menos 4 horas
que bien pude haber dedicado a otra tarea.
Es
cierto, hay organizaciones que prestan sus servicios u otorgan sus
productos sin costo, sin embargo, ellos reciben una compensación de
otra forma: mediante fundaciones, donativos, subvenciones, etc. Esto
no quiere decir que nunca nadie hace algo gratis, pero considerando
que todos tratamos de tener una vida balanceada y eso requiere
encontrar actividades que nos generen un ingreso, actividades que
proporcionen desarrollo personal y profesional, tiempo con la familia
y tiempo de descanso, las probabilidades que tenemos de participar en
una causa que no necesariamente compartimos, sin obtener una
remuneración, son francamente bajas.
Mucha gente considera que una ayuda siempre debe ser gratuita; yo por mi parte sé que los servicios cuestan, y que los favores son gratis pero ambos son formas de ayudar. También pienso que las cosas que valoramos son las que nos cuestan. Si me invitan a asistir a un evento gratuito, lo haré si tengo tiempo o si me queda de paso, pero si el evento tiene un costo y lo pago, claro que asistiré.
Te invito a que la próxima vez que te ofrezcan algo gratis (si en efecto lo es, y no es solo la oportunidad de presentarte sus servicios) realmente valores y agradezcas el tiempo y el esfuerzo que alguien dedicó para obsequiártelo.
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