Algo que escucho frecuentemente en mi trabajo es la importancia de las percepciones. Constantemente, mis compañeros del área de ventas hablan de cómo perciben ellos el mundo, a los clientes o los mensajes que reciben.
Yo también tengo años tratando de entender las diferencias en las percepciones, pero creo que muchas veces importa más lo que no percibimos, que lo que descubren nuestros limitados sentidos. Me queda claro que muchas ideas que tenemos han sido influenciadas por nuestro crianza, por nuestra cultura, por nuestras experiencias, etcétera. Y a veces, como en este ejemplo, un simple elemento puede hacer la diferencia. Sin embargo, es importante también entender que hay un cúmulo de cosas que no percibimos.
Hoy precisamente recibí un mensaje de Kabbalah que habla de esto, y me permito compartirlo:
Ahora mismo, de la casa o edificio en el que te encuentras, sólo eres capaz de percibir físicamente, con tus cinco sentidos, alrededor del diez por ciento del edificio. Dentro de las paredes hay mucho más de lo que hay fuera de ellas: las tuberías, los cables eléctricos, la capa aislante, los conductos de aire...y muchas más cosas. Hay muchísimo trabajo, esfuerzo y tiempo que casi nadie nunca llega a ver.
En la vida, en cualquier organización, negocio, familia o persona, también hay capas que nunca vemos. El trabajo más fundamental que realizamos pasa desapercibido. Y a veces es difícil mostrar lo que hemos estado haciendo: sintiendo el dolor de otra persona, meditando o rezando por otra persona.
Las bendiciones que recibimos en la vida están basadas en el trabajo invisible que llevamos a cabo. Las personas se sienten atraídas a nosotros por la Luz que revelamos detrás de los escenarios, no por las cosas que ven o escuchan que hacemos.
Nadie recibe el mérito por el edificio que no se cae en un terremoto. Lo mismo se aplica al trabajo espiritual. Cuando haces el trabajo no visible, sabe que estás construyendo un fundamento, ya sea en tus relaciones, negocios o vida espiritual.
Esta semana, haz más trabajo invisible que visible.
Ahora mismo, de la casa o edificio en el que te encuentras, sólo eres capaz de percibir físicamente, con tus cinco sentidos, alrededor del diez por ciento del edificio. Dentro de las paredes hay mucho más de lo que hay fuera de ellas: las tuberías, los cables eléctricos, la capa aislante, los conductos de aire...y muchas más cosas. Hay muchísimo trabajo, esfuerzo y tiempo que casi nadie nunca llega a ver.
En la vida, en cualquier organización, negocio, familia o persona, también hay capas que nunca vemos. El trabajo más fundamental que realizamos pasa desapercibido. Y a veces es difícil mostrar lo que hemos estado haciendo: sintiendo el dolor de otra persona, meditando o rezando por otra persona.
Las bendiciones que recibimos en la vida están basadas en el trabajo invisible que llevamos a cabo. Las personas se sienten atraídas a nosotros por la Luz que revelamos detrás de los escenarios, no por las cosas que ven o escuchan que hacemos.
Nadie recibe el mérito por el edificio que no se cae en un terremoto. Lo mismo se aplica al trabajo espiritual. Cuando haces el trabajo no visible, sabe que estás construyendo un fundamento, ya sea en tus relaciones, negocios o vida espiritual.
Esta semana, haz más trabajo invisible que visible.
De igual manera, en la vida laboral es más lo que hacemos que al final no se percibe o no se reconoce, pero que tiene una gran importancia en el desarrollo de nuestra labor. Recuerda que tus sentidos probablemente te engañen, por lo que no debes fiarte de ese 10% que percibes.
El cerebro tiene la feliz costumbre de filtrar lo que considera que no es relevante para el momento, así que la próxima vez que te veas tentado a confiar ciegamente en tu percepción, pregúntate que será lo que no estás percibiendo y qué, de lo que percibes, te lleva a esa conclusión.
Imagen tomada de tecnoculto.com